Lo malo de la política española no es la famosa polarización sino el ritmo. En su guerracivilismo, los políticos españoles han puesto en marcha un ritmo acelerado -de acusaciones e insultos, mayormente- que olvidan la evidencia. No la evidencia científica, que no existe, sino la evidencia sin apellidos: cuando los cosas se ven con sólo mirar.

Gran conmoción por el nuevo episodio del paripé Puchimón/Sánchez. Pero hombre, si la extrema izquierda gobernante en España y los indepes de derechas necesitan a Sánchez mucho más a Sánchez que Sánchez les necesita a ellos. 

Esto es un paripé continuo: si el PSOE realmente quisiera liberarse del chantaje de Junts, sólo tiene que pactar con el PP. Eso no sería bueno para España -repugnante progresismo de izquierdas pactando con repugnante progresismo de derechas- pero sí para el PSOE. Si lo prefieren, para la estabilidad política española... ¡y olé!