Sr. Director:
José descubre que su prometida María está embarazada, sabe que no es de él y sigue convencido de que ella es una santa.
Menuda contradicción. Pero no es que Dios tenga ganas de fastidiarle, ni de fastidiarnos. Es que la grandeza de Dios nos viene pequeña a los humanos. Eso es fe: confiar en que las extraordinarieces divinas siempre acaban bien.
Alberto Asensi Vendrell
¿Vuelven las ‘subprime’? El Santander negocia la venta de una cartera hipotecaria, sana, a Morgan Stanley
14/12/24 07:00