Con la legalización de las drogas blandas se obvian las evidencias científicas que relacionan lo que vulgarmente se llama “fumar porros” con problemas de adicción, esquizofrenia, psicosis, bipolaridad, falta de atención, etc
Sr. Director:
Dentro de las nuevas políticas, proponer una forma de vida centrada en un individualismo que paraliza y genera disolución social es preocupante, además de la insistencia con que ciertos partidos autollamados progresistas persiguen la legalización de las drogas blandas. El consumo de esas sustancias en los más jóvenes está creciendo de forma alarmante, en el contexto de una permisividad social y educativa que obvia las evidencias científicas que relacionan lo que vulgarmente se llama “fumar porros” con problemas de adicción, esquizofrenia, psicosis, bipolaridad, falta de atención, y otras consecuencias como el incremento de accidentes de tráfico. No habría más que fijarse en la experiencia de los Países Bajos, donde el consumo de esas sustancias es legal desde hace años, para constatar un incremento en la fabricación de estupefacientes y en el crimen organizado.