A la vista del nuevo decreto, el paciente que en su día pidiera la eutanasia, si se arrepiente, verá cómo le dan muerte, en contra de su voluntad: eso sí, es que ya dijo en su día que quería morir...
Sr. Director:
Aprobó el Congreso la ley de la eutanasia. Tenemos que estar preparados los católicos para la que se nos viene encima; esto es peor que una guerra, por que en la guerra hay mártires, y en la sociedad actual imperan los apóstatas. Estamos padeciendo la pandemia del coronavirus, que es sin duda alguna una purificación por nuestros pecados, por que Dios no quiere la muerte del pecador si no que se convierta y viva, y la máxima prueba de ese amor por el hombre es la Pasión y muerte de su Divino Hijo, muerto y clavado en la Cruz. Si no se conmueve nuestro corazón viendo a Cristo clavado en la Cruz por nuestros pecados, es que ya somos cadáveres vivientes; y por si fuera poco se quedó vivo y presente en la Eucaristía para ser nuestro alimento y compañía y ¿Cómo le estamos tratando? En muchos lugares se reparte como si fuesen galletas. No hay nada más que una solución: o conversión o muerte. Por que hemos rechazado el Amor y la Misericordia de Dios, y estamos provocando la irá divina, es decir, su Justicia.