La verdad es que el centenario de Miguel de Cervantes se ha quedado corto. A lo peor, a la 'modelna' España del siglo XXI no le mola demasiado, pero aún peor que el no acentuado empeño en agasajar a uno de nuestros grandes antepasados. Al final, el discurso que leyera Concha Velasco ante los reyes, en el muy comparable marco y formato elegido, adoleció de esa obsesión por 'modernizar' al antiguo, cuando maldita la gana que tendría el manco de Lepanto de que le modernizaran. Habló Velasco de la tolerancia de Cervantes. Anda ya. Don Miguel creía en unos principios cristianos, lo que le llevaba a mal-llevar los planteamientos contrarios a su fe y al sentido común. Por eso hablaba del 'moro taimado' y se quedaba tan ancho. También modernizó doña Concha al autor de El Quijote hablando de sus valores humanos. Que no, que sus valores no eran humanos, eran cristianos, que son muy humanos pero también algo más. Aprendan ustedes de Cervantes y no intenten enseñarle modernidad. Hispanidad redaccion@hispanidad.com