Correos ha querido sumarse a la celebración del Orgullo Gay, que este año se celebrará on line del 1 al  de julio, por el Covid-19 y, para ello, va a rotular con la bandera arcoíris y #NoSoloAmarillo muchos de sus icónicos elementos: buzones, furgonetas y alguna oficina, como la de Chueca (Madrid).

Es decir que cambia su imagen de marca -aunque sea una modificación temporal- por completo. Eso, sin tener en cuenta la opinión de los empleados, dado que entre ellos los hay que no están de acuerdo con la decisión de la empresa pública.

Supongamos que una gran empresa decide cambiar su imagen corporativa y utilizar como seña un crucifijo ¿qué creen ustedes que pasaría?

Con la modificación que ha hecho Correos para sumarse a la celebración del orgullo gay incurre en una imposición de corte ideológico a los trabajadores. Pero, ya está hecho -y tranquilos, porque, insistimos, es temporal-.

Recuerda a lo que pasó cuando Florentino Pérez eliminó la cruz que remata la corona del escudo del Real Madrid en su último contrato comercial. Y es que ¡Oh capitán, mi capitán! no quería herir las sensibilidades de los madridistas en Oriente Próximo.

Por cierto, en las redes sociales, espacio abierto a la libertad de opinión, ya hay quienes critican que Correos no tenga fondos para, por ejemplo, contratar personal pero sí para sumarse a estas iniciativas.

Correos