Primero leer al 'enemigo' y conste que no considero así al hombre de Transparencia Internacional, Jesús Lizcano. En Navidad celebramos el cumpleaños de Cristo. Pero en la familia humana de la que habla Lizcano falta la figura del padre, y ya se sabe que la fraternidad sin paternidad es inviable.  Otra cosa es que aceptemos que los hombres somos hijos de Dios y en ese caso… Lo del diálogo y la tolerancia, sobre todo en política y religión, resulta muy pobre. En primer lugar porque estamos en Navidad, el cumpleaños de Cristo, insisto. Y con Dios no se dialoga de igual a igual porque sería la igualdad de las desigualdades, la peor de las desigualdades. Y la tolerancia se queda pequeña. Atollar a los demás no deja de resultar una forma de desprecio. Al prójimo no se le tolera, se le ama: en Navidad y el resto del año. Y amar es mucho más que restar y respetar, mucho más que tolerar. En segundo lugar: ¿qué se subvencione a la ciencia? ¡Ah, se trataba de eso! La ciencia no tiene por qué ser subvencionada sino investigada. Que larguen los que se benefician de ella. Doy por hecho que Lizcano habla de ciencia empírica: me temo que sí. No, no me ha gustado la muy laica felicitación de don Jesús. Otra vez será. Hispanidad redaccion@hispanidad.com