Artur Mas y Francesc Homs (en la imagen) han coincidido en algo: ¿Cómo es posible que el Tribunal Constitucional prohibiera el referéndum ilegal del 9-N del 2014 y no tomara, ni el TC ni el Gobierno de Madrid, ninguna medida coercitiva? Oiga, porque los tribunales esperan ser obedecidos por los afectados sin necesidad de que esfuerce a ello. Plantearse esa cuestión no es más que la provocación habitual del nacionalismo catalán. Montó las urnas de cartón y a ver cómo reaccionan ellos. Desobedezco y a ver qué hace Madrid. Provocación y un poquito de narcisismo: que todo el mundo esté pendiente de mí. El narcisismo constituye la asignatura pendiente de los catalanes. Hispanidad redaccion@hispanidad.com