Las apariciones de Fátima han marcado el siglo XX y, por tanto, han dado entrada al actual siglo, en el que las apariciones marianas continúan marcando la historia. 

Jorge Fernández Díaz, más importante por mariólogo que por exministro del PP (esto es poca cosa) ha aportado, en La Razón, el marco histórico en el que hay que entender las apariciones en la de la Virgen en la aldea portuguesa. Y si quieren saber más el famoso tercer secreto de Fátima, deben leeral mismo autor, a Jorge Fernández Díaz en su artículo de hoy lunes, 13 de mayo.

Por de pronto, con Fátima se consolida la idea de que estamos en una etapa fin de ciclo, la sensación más extendida en todo Occidente y desconozco, aunque me temo, que en toda la humanidad. 

El ciclo de la modernidad, que elevó el progreso a la condición de ídolo y, sobre todo, divinizó al hombre, han convertido a la modernidad en un muñeco roto que sólo espera que la violencia reinante en el mundo de genere en estallido global. 

El ciclo de la modernidad, que elevó el progreso a la condición de ídolo y, sobre todo, divinizó al hombre, han convertido a la modernidad en un muñeco roto

Por cierto, los hechos de Fátima son milagrosos, hasta el punto del 'Baile del Sol', observado por decenas de miles de personas. Conviene recordarlos cuando se reproduce una corriente venenosa y obsesiva que trata, con bromitas blasfemas de negar la evidencia de las apariciones marianas, que constituyen uno de los vectores del siglo XX y que permite concluir que, en el siglo XXI, la humanidad está en manos de María.