Los separatistas catalanes -más separatista la derecha de Junts que la izquierda de ERC- no habían celebrado nunca con tanto odio hacia todo lo español el sexto aniversario de aquella chufla de referéndum del 1 de octubre de 2017. 

Sánchez no ha solucionado el problema catalán: lo ha hibernado: ¿acaso algún indepe se ha arrepentido de lo que hizo en octubre de 2017? 

Creo que ya he hablado de ese amigo mío, independentista catalán, que me daba la turra con la necesidad de un referéndum de independencia y el sacrosanto derecho de autodeterminación. Un día se me ocurrió preguntarle qué votaría él si ese referéndum pactado se llevara a efecto. Me respondió:

-Que no, por supuesto. Fuera de Europa hace mucho frío.

-Entonces -le dije- para qué convocar un referéndum de independencia:

-¡Por dignidad!

Algo parecido respondió, durante una entrevista periodística, el expresidente del Barça, Sandro Rosell. Preguntado sobre qué haría ante esa misma consulta indepe, respondió:

-Pues votaría sí a la independencia el domingo pero, si ganara la independencia, el lunes abandonaría Cataluña para no volver. 

Actitudes sadomasoquistas como las dos referidas me llevaron a dejar de preocuparme y hasta de ocuparme de la cuestión catalana. Los problemas sin solución dejan de ser problemas. Incluso pueden volverse tragedias pero no problemas.  

Los problemas sin solución dejan de ser problemas. Incluso pueden volverse tragedias pero no problemas

Con la ambición desmedida del ególatra de Pedro Sánchez, el incordio ha vuelto. De entrada, no admitan la propaganda monclovita cuando asegura que la situación en Cataluña es hoy mejor, tras cinco años de Sanchismo. No es verdad: Sánchez no ha solucionado el problema catalán: lo ha hibernado. ¿Acaso algún indepe se ha arrepentido de lo que hizo en octubre de 2017? Pues entonces....

El problema de España y del separatismo catalán se resume así: yo no me arrepiento de nada. Lo volveremos a hacer claman los indepes envalentonados por un Presidente del Gobierno al que sólo le importa una cosa: seguir siéndolo.