Recuerden esta empresa de comunicación: True Move H apuesta por la publicidad con valores
El profesor Alfonso Méndiz afirma que en un mundo en el que las catástrofes naturales, las maldades y lo negativo ocupa buena parte de los informativos y los telediarios, se agradece de vez en cuando una bocanada de esperanza y de visión positiva.
No es poca cosa: porque un pequeño acto de bondad, un simple gesto de atención al que está solo, o de compasión con el que sufre, puede cambiar toda una vida.
Con esta idea han trabajado los publicistas encargados de elaborar la nueva campaña de True Move H, una compañía de comunicación tailandesa líder en el sector que continúa así una línea de publicidad que apuesta por los valores. Hace año y medio comentaba otra campaña de esta misma empresa, "Dar es la mejor comunicación", que tuvo una extraordinaria aceptación popular: diez millones de visitas en dos semanas. Ahora repiten con otro emotivo vídeo que no deja indiferente a nadie.
Como en esa otra ocasión, la empresa ha decidido no publicitar ningún producto. Le basta con contar una historia (el "story telling" del que tanto se habla) que condense los valores de la marca. Su mensaje continúa el de la campaña anterior, y ellos lo resumen así: "Compassion is true communication".
Por lo general, cuando una persona vive una situación límite, es capaz de sacar lo mejor y lo peor de sí mismo. Cuando la vida nos maltrata, cuando tenemos un golpe duro e inesperado, o cuando nos sentimos traicionados por quienes nos rodean, nos resulta difícil volver a confiar en los demás: no sabemos ya perdonar, y nos cuesta dar o sonreír.
Sin embargo, esta campaña nos muestra todo lo contrario. Nos dice que es posible cambiar: es posible dar sin esperar nada a cambio. Y nos lo dice sin necesidad de palabras, independientemente de las posibles diferencias de raza, lengua, cultura o clase social.
Tal y como cuenta la hermosa historia que vamos a visionar a continuación, existe un lenguaje universal que trasciende todos los demás: el lenguaje de los gestos. Y un pequeño gesto de amor, de compasión, puede llegar a cambiar nuestra vida.
Clemente Ferrer
clementeferrerrosello@gmail.com