Era de esperar que las cuatro bombas que estallaron el pasado domingo en sendas localidades guipuzcoanas hicieran reflexionar al Presidente del Gobierno, que días antes había propuesto una resolución parlamentaria para iniciar la negociación con ETA en el mismo momento en que ETA abandonara la violencia.
Pero no fue así. El socialista vasco, Ramón Jáuregui, marcó en Radio Euskadi la doctrina: Un muerto frenaría el proceso. Es la propaganda socialista, minimizar las cosas en este sentido, afirma el presidente del Foro de Ermua, Mikel Buesa. Y afortunadamente no hubo muertos. Como no los ha habido en los últimos años. No obstante, hablar de tregua tácita parece demasiado. ETA lleva dos años amedrentando los intereses turísticos, atentando contra el Rey en Ifema, estallando coches bombas, robando material explosivo y extorsionando al empresariado vasco. Si no ha habido muertos es gracias a la eficacia policial, no a la distensión etarra.
Pero la ingenuidad es gratuita y Zapatero es un optimista antropológico en definición de la vicepresidenta De la Vega. Así que el Presidente prefiere pasar por alto el incidente, no mencionarlo y afirmar que no es un pesimista como Rajoy, sino que confía en el pueblo y está dispuesto a arriesgar.
Traduciendo : abre un proceso de paz de resultado más que incierto. El presidente de la AVT, Francisco José Alcaraz, afirma a Hispanidad que siempre que se inicia un proceso de paz, ETA pone un muerto encima de la mesa para que el Gobierno sepa con qué se puede encontrar si da marcha atrás. Es la lógica del terror. Alcaraz descuenta que las bombas del domingo no harán dar marcha atrás al Gobierno : No tienen otro camino que cumplir los preacuerdos.
En la misma línea se manifiesta Mikel Buesa: Para el PSOE resulta imprescindible debido a sus apoyos parlamentarios. Ambos difieren sin embargo en la existencia de contactos previos. Para Alcaraz, el Gobierno trata de refrendar en el Parlamento lo que ya ha sido pactado. Por contra, Buesa considera que no han existido contactos, lo que a su juicio, hace más grave el paso adelante ofrecido por el Gobierno.
Alcaraz argumenta que el Gobierno está cumpliendo a pies juntillas la hoja de ruta marcada por la banda terrorista. Primero, legalización de Batasuna con la permisividad mostrada con el PCTV. Después vendrá el acercamiento de presos en la línea de lo ya practicado por el anterior gobierno aznarí. Y finalmente, si las competencias penitenciarias se traspasan al País Vasco y se construye la macroprisión comprometida para el 2007, Alcaraz descuenta que el gobierno vasco comenzará a practicar una forma de indultos para sacar a los presos a la calle. El pueblo español no quiso ceder al chantaje cuando en 1997 Miguel Angel Blanco estaba secuestrado, y ahora se dan pasos sin contraprestación cierta, concluye el presidente de la AVT.