Sr. Director:
Uno ya tiene una cierta edad, y viendo las cosas que ocurren hoy día no puedo evitar que algunos recuerdos del pasado me vengan a la mente, y sin poder hacer nada los comparo.

 

Hace años, en la dictadura franquista, los jóvenes nos rebelábamos ante la falta de libertad, de trabajo, de derechos sindicales etc. Salíamos a la calle a luchar ante cualquier injusticia, nos apaleaban los grises, o venían la policía político social a nuestras casas y nos detenían, nos interrogaban en las comisarías y cuartelillos de la guardia civil, a algunos, después de estos interrogatorios, de días con sus noches, en calabozos, nos llevaban a la cárcel, como si fuésemos asesinos, esposados y maltratados. Al salir de la cárcel habíamos perdido el trabajo y cualquier derecho a reclamarlo, daba lo mismo que estuvieses soltero o casado, con hijos o sin ellos, pero volvíamos a luchar.

Hoy en día, mirando a todos los que nos gobiernan, sea en el gobierno Zapatero, autonómico o municipal, no veo a nadie de los que en aquellos tiempos estuvimos, o bien en la asamblea de Catalunya o en la junta democrática ¡ah claro! son de otra jornada.

¿Y el conjunto de la juventud de hoy día? Pues ahí están, con la nevera llena, con una paga semanal, todo aportado por los papás ven cómo el cuarenta y pico por ciento de esos jóvenes están en el paro y que este Gobierno no hace nada para colocarlos, al contrario, abarata el despido, y ellos no hacen nada, ven cómo este Gobierno zapateril casi congela las pensiones de sus padres y abuelos y no hacen nada, ven cómo los bancos con el beneplácito de este mal Gobierno desahucian a doscientas familias diarias por no poder pagar la hipoteca y no hacen nada, ven cómo recortan los derechos que nos costó mucho sacrificio conseguir y no hacen nada, hasta ven cómo la ministra Pajín hace un llamamiento para que unos ciudadanos nos denunciemos a otros con la ley del tabaco, al estilo de cualquier dictadura, porque eso es lo que hacían los falangistas y otros en el régimen de Franco, denunciar a los convecinos, o lo que hacen en Cuba o en la república popular China, etc. y no hacen nada.

Qué pena, nos ha tocado vivir en una sociedad contemplativa, de la que se aprovechan los gobiernos, los bancos y los dirigentes de los sindicatos para hacer lo que están haciendo, ¡qué pena!

Miguel Dueñas Muñoz