Si se olvidan ustedes de los ladridos de los líderes políticos durante el Debate sobre el Estado de la Nación podríamos extraer el jugo del tal debate. Porque detrás del espectáculo, que llena el aforo, incluso podemos llegar a algo consistente.
Tras la primera sesión del Debate de ayer yo me quedo con esto: la tarifa plana en cuotas sociales: 100 euros por mes para nuevos trabajadores. Ciertamente con condiciones, pero rebaja de los impuestos laborales, a fin de cuentas.
Curioso, porque hasta ahora la ministra de Trabajo decía que no es posible rebajar las cuotas, dado el déficit previsto de la Seguridad Social: 11.000 millones de euros para 2014. Al parecer, ahora sí consideran posible reducir las cuotas. ¡Menos mal! ¿Por qué
Porque los elevados costes laborales son la principal barrera para crear empleo. Los empresarios sienten terror a la hora de comprometerse con un trabajador: es como si te casaras con él. Bueno, en España es más fácil despedir a la esposa que despedir al trabajador. Sí, a pesar de la reforma laboral del Gobierno Rajoy y gracias al divorcio exprés de 2005.
Volvamos a las cuotas de tarifa plana. Lo mejor sería la supresión total y absoluta de los impuestos laborales y financiar las pensiones con los impuestos indirectos. Ese es el objetivo final. Es más, el mercado laboral hacia el que camina todo el mundo, por la fuerza de los hechos y del actual tipo de economía es el compuesto por tres elementos: despido libre, impuestos laborales bajos y salarios dignos. Este tercer elemento es fundamental, pero recordemos que a más impuestos menos salario líquido para el trabajador, hasta llegar al punto en el que nos encontramos hoy: que el problema de España, y cada día más el de toda Europa, ya no sólo es el paro, sino el subempleo, con salarios de subsistencia, o simplemente la economía sumergida.
Por tanto, muy buena medida. Gana el trabajador, que mantiene su cotización para las pensiones, gana la empresa que no paga las abusivas cuotas sociales y pierde sí, la Seguridad Social. Ojo, no pierde ahora mismo, porque estamos en un sistema de reparto, pierde para pagar las pensiones futuras de dentro de 15 años. Nos preocuparemos de ello dentro de 10.
Porque si no, lo fiaremos todo a medidas como la que propone la socarronería popular española: que los autobuses del Imserso no pasen la ITV.
Eulogio López
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