En la misma línea que el documental Ser y tener, de Nicolas Philibert, Sólo es el principio recoge en imágenes una arriesgada pero entretenida iniciativa: clases de filosofía para niños. Rodada en la guardería francesa de Jacques Prevert en Le Mée-sur-Seine, esta película pone de manifiesto, de forma divertida, lo fundamental que es dar una buena educación desde la infancia.
En una clase multirracial, niños de diversas procedencias, de entre 3 y 4 años, demuestran espontáneamente ante la cámara que saben reflexionar sobre temas cruciales de la vida. Mediante preguntas realizadas por su profesora, estos infantes hablan con sensatez pero también con humor sobre la muerte, la inteligencia, la amistad e incluso el alma, que alguno de ellos define como "un chisme invisible de color azul". Estas clases de filosofía sacan a la luz verdades como puños políticamente incorrectas en el mundo actual sobre la concepción del amor conyugal entre hombre o mujer o la familia.
Pueden pasar un rato delicioso escuchando frases como "Mi mamá es inteligente porque nunca guarda la Nutella en la nevera" pero no se queden en la anécdota y sean capaces de encontrar la crítica que, en algunos momentos, los niños realizan sobre el comportamiento de sus adultos cercanos. Todos podemos aprender a rectificar con sus expresivas y sinceras reflexiones…
Para: Imprescindible para profesionales de la educación. Aconsejable para los que les gusten los buenos documentales