Cada cual es muy dueño de viajar o pasar sus vacaciones donde le apetezca, sin tener que dar explicaciones a nadie. Cuando alguien es maduro y responsable, puede tomar esta y otras decisiones con total libertad. Hasta ahí estamos todos de acuerdo. Pero... ¿Qué sucede cuando surgen dificultades y ese alguien no está preparado para afrontarlas o resolverlas? ¿Qué papel desempeñan, entonces, la libertad y la responsabilidad?
En el caso de los españoles secuestrados en Mauritania, todos nos alegramos sobremanera de su liberación, como no podía ser de otra forma. Ha sido lenta, pero al fin los tenemos sanos y salvos en casa.
Pero al anuncio de la ONG que les llevó a Mauritania de reiniciar su actividad, abre interrogantes que deberían responderse antes de emprender una nueva aventura. ¿Son conscientes los activistas-solidarios del peligro al que se enfrentan? ¿Están dispuestos a asumir ese riesgo, incluido el abono íntegro del rescate, en caso de que se produjera un nuevo secuestro?
En mi opinión, ese sería el panorama a contemplar en el futuro inmediato: ¿Pagarán los voluntarios el importe de sus secuestros, o lo pagaremos los de siempre? No olvidemos que la responsabilidad es la piedra de toque de la auténtica libertad, estandarte de la madurez.
Fina Millán-Hita