Mientras Polanco impone su ley con desfachatez, Pedro J. Ramírez busca apoyos contra Zapatero. El Mundo cuenta con el apoyo de BBVA para lanzar su campaña contra el Gobierno. Mientras, el SCH juega la baza de Polanco y la de Ramírez, a partes iguales. Zapatero continúa beneficiando a Polanco y se lanza contra los italianos de Tele 5 y A-3 TV.
Según una fuente gubernamental, el problema es que el director de El Mundo, Pedro J. Ramírez, lo ha puesto demasiado difícil con sus insultos. Su último sermón dominical ha irritado en el PSOE. La consigna viene a ser: si le concedemos ahora el canal de televisión a Pedro J., va a parecer que cedemos al chantaje. Naturalmente, ni por un momento se le ha ocurrido al PSOE plantearse el que uno de los dos canales de televisión analógico, en abierto, que va conceder el Gobierno, no sea para Canal Plus, de Jesús Polanco.
Al final, las concesiones de televisión han desatado la guerra entre los dos bandos de antaño, durante la última etapa del Felipismo, que vuelven a enfrentarse: los serbios de los generales Polanco y Cebrián contra el sindicato del crimen, curiosa alianza de desiguales, con el único fin de derrocar, entonces a González y ahora a Zapatero.
A Prisa-Sogecable se le llama serbios porque practican la política de tierra quemada y limpieza étnica. Les basta con el apoyo del Gobierno a la hora de conceder licencias y hacer bien sus favores, pero no se puede estar fuera de sus filas. El grupo exige a sus miembros fidelidad absoluta y ausencia de clemencia con el enemigo. Polanco controla el monopolio de la televisión de pago (es decir, que tiene un monopolio de hecho sobre la producción), la mayor red de televisiones locales y Canal Plus, que es el que pretende abrir al gran público para ganar influencia y dinero (A-3 TV y Tele 5 constituyen hoy dos de los mejores negocios existentes en España).
En contra, Pedro J. Ramírez, convencido que Zapatero le iba a conceder el canal de televisión, ahora sospechoso de que no lo haga, intenta crear un frente anti-Gobierno. Por un lado, con todos los posibles damnificados: Vocento, Zeta, La Vanguardia, etc. Por otro, con los italianos: El Mundo es propiedad del Grupo Rizzoli, pero De Agostini es el principal accionista, junto a Planeta, de A-3 TV, y tiene como representante a Mauricio Carlotti. Por último, Tele 5, propiedad de Silvio Berlusconi, cuyo hombre en España es Paolo Vasile.
Por cierto, que en una entrevista con Luis del Olmo, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero (lunes 14), en referencia al consejero delegado de Tele 5, Paolo Vasile, molesto contra la posibilidad de otorgar más canales, afirmó que ese ciudadano italiano debería ser más moderado en sus palabras.
En el PSOE se quejan de que la derecha controla los dos canales de televisión privada, pero lo cierto es que Tele 5, a pesar de pertenecer al derechista Berlusconi, fue durante el Aznarismo el primer medio audiovisual opositor. Respecto a A-3 TV, en efecto más próximo al PP, responde a los intereses de José Manuel Lara en cada momento... y a los de Carlotti.
Pues bien, Ramírez pretende unir a Rizzoli, De Agostini y Mediaset en un frente común. Pero no hay que olvidar que Carlotti insiste en que A-3 TV podría comprar El Mundo, y reduciría el poder del periodista. También le queda otra posibilidad, la de formar un trío con el Grupo Recoletos, de su amigo Jaime Castellanos, y con la COPE, de su amigo Federico Jiménez Losantos. Entre los obispos hay quienes se llevan las manos a la cabeza cada vez que comprueban cómo Jiménez Losantos ha convertido a Ramírez en referencia moral de la cadena de los curas, pero, por el momento, nada cambia.
Para lograr su propósito de recomponer el sindicato del crimen, capaz de enfrentarse a los serbios de Polanco, Pedro J. cuenta con el apoyo de los dos grandes bancos. El BBVA le apoya con entusiasmo y, en la lucha con Sacyr, Pedro J. Ramírez ha optado claramente por FG. Por otra parte, el director de El Mundo mantiene buenas relaciones con Ana Patricia Botín, presidenta de Banesto y futura presidenta del Santander Central Hispano (SCH). Los Botín están con el sindicato pero también están con Polanco, de la misma forma que en su día estuvieron con Aznar y ahora están con Zapatero, que siente por don Emilio Botín el mayor de los respetos. Lo mejor es jugar a todas las barajas.
España no está partida en dos ni por la religión ni por el fútbol: ahora es por la tele.