Según la prensa, Esperanza Aguirre ha sido nombrada, por aclamación, candidata del Partido Popular a las elecciones regionales madrileñas, mientras que Gallardón tienen muchos boletos para repetir como alcalde. Es cierto que Aguirre ha logrado no dejarse pisar por Gallardón, pero este tipo de mensajes pueden resultar engañosos.
En primer lugar, porque una cosa es la popularidad de los dos líderes conservadores en su propio partido -mucha más la de la presidenta que la del alcalde, a quien pocos soportan en su propia formación- y otra su peso en la cúpula del PP-
En otras palabras, Rajoy ve a Aguirre como una posible competidora en el liderazgo de la derecha, y lo es, y sin embargo considera que Gallardón es un aliado necesario para captar el voto centrista, ese voto que nadie ve salvo los centro-reformistas del PP.
Así, el plan sigue siendo el mismo : Gallardón se presentaría a las próximas municipales de Madrid y, una vez renovado, abandonaría el cargo en manos de Ana Botella, para suceder a Ángel Acebes como secretario general del Partido Popular. ¿Esto podría provoca un cisma? Pues quizás, pero Rajoy insiste.