Somos extremadamente sensibles al tema del Estatut

 

El secretario general de CiU, Artur Mas, comparecía en la mañana de este jueves en un desayuno organizado por Europa Press. Le preguntan si ha pensado en tirar la toalla si no logra la victoria en las próximas catalanas. La pregunta no le sienta bien y la repite como para ganar tiempo. El moderador le corta y le pide que responda. Y es aquí cuando se hace un lío. Señala que ha ganado ya dos veces, pero que no ha conseguido gobernar ninguna. El dicho popular dice que a la tercera va la vencida. También dice que no hay dos sin tres.

Posteriormente tira de argumentario para afirmar que no contempla otro escenario que la victoria. Tras dos palos no me volvería a presentar si no pensara que voy a ganar. Eso siempre, añade prudencia: que podemos ganar. Posteriormente se auto corrige para afirmar que hay que admitir el fracaso como una prueba del éxito. Y aquí entramos en la filosofía zen. Yo he hecho esta prueba interior, yo lo he vivido en mis propias carnes; y todos hemos hecho esta travesía del desierto sin protestar. Por último: En Cataluña se castiga el éxito y se condena el fracaso; y el fracaso es la semilla para un posible éxito. No se le ha notado con espíritu ganador. No obstante, apunta a su objetivo de buscar grandes mayorías que le permitan gobernar sin hipotecas y que les permitan pactar con todos.

Por otra parte, se le ha notado cierta 'pelusa' con Durán. Dice estar orgulloso porque nuestro hombre en Madrid sea el mejor valorado del debate de este miércoles. Pero también señala -con no mucho entusiasmo- que a Durán le llama mucha gente. Le preguntan: ¿les ha llamado el Rey a Uds. que están promoviendo ese Pacto de Estado? A mí no; no sé si a Durán; Josep, ¿te ha llamado el Rey?. No está emocionado. Ha perdido una ocasión única de presentarse como el próximo presidente de la Generalitat.