Tras su metedura de pata acerca de las 180.000 viviendas-actuaciones, María Antonia Trujillo ha vuelto a resbalar. Ahora advierte que está dispuesta a cambiar las desgravaciones fiscales por subvenciones y venta a la compra de vivienda.

 

Pues bien, las carcajadas entre los promotores inmobiliarios no dejan de sonar. Es cierto que las desgravaciones fiscales sólo benefician a los promotores, pero exactamente lo mismo ocurriría con las subvenciones directas. La presión para compra de vivienda en España, tanto por parte de  españoles como por parte de jubilados europeos, es de tal calibre que toda ayuda pública se convierte en una subida de precio. Simplemente, al promotor se lo quitan de las manos, sabe que va a vender los pisos y no tiene que preocuparse por rebajar el precio.

 

La única manera de reducir el precio de la vivienda es la promoción pública o la vivienda de precio tasada. Dos medidas muy antiliberales en las que debería pensar un Gobierno llamado socialista.