Entiéndase: el diario La Razón ha realizado una gran campaña contra los anuncios de refocile, que ahora se ven premiados en el Congreso, en la prensa, pero conviene ir al fondo de la cuestión: vender el cuerpo por dinero es inmoral y debe ser ilegal. No sólo hay que perseguir al alcahuete y al cliente, también a la profesional del ramo, aunque estoy de acuerdo en ayudarla a salir del hoyo, especialmente si está en contra de su voluntad. No todo lo que es inmoral debe ser ilegal pero, miren por dónde, desconfío de la ley inmoral.
Por cierto, si prohibimos -y bien prohibidos estarán- los anuncios de prostitución, ¿no sería hora de prohibir también los anuncios de clínicas abortistas? Hasta muchos abortistas consideran que el aborto es un mal menor. ¿Y publicitamos un mal aunque sea menor? ¿Permitimos que la prensa se forre con dichos anuncios? Se puede ser partidario de la despenalización del aborto y, al menos, tener la suficiente sensibilidad de no permitir que sean dos los que se lucren con el asesinato de inocentes: los dueños de abortódromos y los editores que publicitan los abortorios.
Eulogio López
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