Las negociaciones para un pacto entre PP y PSOE en materia energética están paralizadas. El problema es muy sencillo: lo ya programado, lo ya comprometido, en subvenciones públicas a la energía verde, especialmente a las distintas modalidades de la solar, suman 151.421 millones de euros en el periodo 2010-2020. Es decir, 10 veces más que el ajuste fiscal del 12 de mayo que provocó la ruptura entre Zapatero y los sindicatos, manifestaciones, desconfianza de la ciudadanía y la convocatoria de una huelga general para el 29 de septiembre... como quien dice. O sea, como si cada año, durante toda la próxima década se redujeran los sueldos de los funcionarios en un 5%, se congelaran las pensiones y se suprimiera la única ayuda zapaterista a la maternidad: el chequé-bebé.
Ojo, hablamos de compromisos ya adquiridos. Por eso el pacto PSOE-PP está paralizado, así como las conversaciones entre Miguel Sebastián y Cristóbal Montoro. Es lógico, dado que no hay margen de maniobra salvo aplicando el efecto retroactivo. En definitiva: reducir las subvenciones ya aprobadas, esos 151.000 millones de euros. Claman los solares, los más beneficiados, porque hablan de argentinización de España. En parte es cierto, dado que la normativa con efecto retroactivo es síntoma de muy poca seriedad pero es que, como dicen las eléctricas, a la fuerza ahorcan. O los partidos suben la tarifa de la luz para pagar esa barbaridad de dinero o hay que rectificar.
Eso por no hablar del coste de titulización de la deuda que está generando el déficit de tarifa, el no subir el precio de la luz según el coste de producción.
Asegura en la patronal eléctrica UNESA que hay concesiones solares que se han revendido tres y cuatro veces y sigue siendo negocio. En definitiva, que sería un efecto retroactivo aplicado contra un sector ferozmente especulativo. La frase más utilizada es la de no perderán dinero, sino que ganarán menos.
En cualquier caso, el ministro Sebastián no se atreve con ese Miura y en el PP apoyaron la congelación de la tarifa en julio, medida demagógica porque todo el mundo sabe que habrá que subirla en el un futuro próximo. Por ahora, el pacto está paralizado.
Miriam Prat
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