El papanatismo constituye uno de los principales de la Unión Europea durante el siglo XXI. La última reunión del Eurogrupo viernes 21- se ha vendido como otro triunfo de la ortodoxia económica: la canciller alemana, Angela Merkel, ha conseguido endurecer las sanciones para aquellos países que no cumplan el famoso plan de Estabilidad, conocido por la famosa fórmula aunque contenga otros elementos. Del 3% de déficit público y 60 de deuda pública.

Porque lo que pretende Alemania es mucho más: pretende que Bruselas es decir, Berlín, analice los Presupuestos de los distintos países antes de ser aprobados: es decir, hemos cedido la soberanía monetaria y ahora quieren que cedamos la soberanía presupuestaria, es decir, la soberanía fiscal.

Con ello, no sólo perderíamos soberanía, sino también libertad y solidaridad. Porque este es el problema: la Europa cristiana se ha negado a que sus principios cristianos permanecieran en el fallido Tratado Constitucional europeo y no se mencionan en el Tratado de Lisboa. Ahora bien, lo importante no es la desaparición del nombre en un tratado sino la desaparición de las esencias en la práctica diaria.

En otras palabras, Europa se creó bajo un principio de solidaridad entre países ricos y pobres, bajo la fórmula de un presupuesto común y unos fondos comunes. Los ricos ponían dinero para levantar a los pobres, insisto, sorbe un presupuesto común. Ese principio terminó con Maastricht, cuando lo único que une a Europa es el precitado plan de estabilidad: no sólo no te ayudo sino que además, te vigilo para que tú mismo ahogues a tus ciudadanos, porque lo que importa no es la economía de las familias sino la eliminación del déficit público. Y como eres tan tonto y tan derrochón que no eres capaz de hacerlo, nosotros te enseñaremos a no gastar más de lo debes, es decir, más de lo que nosotros decidamos que gastes. Así, desde que nació el euro y todos cedimos soberanía monetaria hemos homologado precios en Europa, pero no salarios ni condiciones de vida. Es decir, que el euro ha beneficiado a los ricos y ha perjudicado a los pobres.

La UE actual esconde sus esencias cristianas. Lógico, si no, tendría que ser más solidaria.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com