Seguimos inmersos en el debate del 'pensionazo'. Aznar interviene para censurar que el Gobierno haya descubierto el factor demográfico "hace quince días". ¿Razón? Forzado por los mercados internacionales que no terminan de creerse las cuentas de España. En su opinión, debería haberse afrontado el problema antes. ¿Cómo? No contesta y nos remite a su libro. Probablemente porque no quiere detallar esas "reformas dolorosas" que en su opinión hay que acometer: alargar la edad de jubilación más allá de los 67 años y alargar el período de cálculo más allá de los 20 años. Pero prefiere no meter ruido en el sistema, ahora que su partido parece que puede ganar unas elecciones. Sí dice que hay que acometer "un ambicioso programa de reformas dolorosas y no tirar una piedra en el estanque y decir, mira qué reforma hemos hecho".
En todo caso, insiste en lo que ya dijera siendo presidente del Gobierno: "la demografía es un desastre". O sea, vivimos un invierno demográfico que nos lleva a la ruina, al suicidio. Cierto, pero, ¿qué hizo el Gobierno Aznar para evitarlo? Nada. ¿Qué ha hecho el Gobierno Zapatero? El cheque bebé. ¿Se plantean hacer algo más? Salgado señala que ya es suficiente. Pero el propio Octavio Granado señala que los puntos clave que ponen en riesgo nuestro sistema son: segundo país por esperanza de vida y segundo país con la natalidad más baja, "después del Vaticano".
