El suplemento Mujer del diario regaló el pasado sábado a sus lectoras una compresa. Esto es muy revelador sobre la crisis de la prensa vegetal. Tras los cruasanes que regaló en su día La Razón, esta resulta la aportación más original al marketing periodístico.
Con la cesión de portada y contraportada a los anunciantes ya se había hecho realidad aquello de que un diario es un conjunto de anuncios alrededor de los cuales se sitúan unas cosas llamadas noticias. Ahora, además, la prensa vegetal, como el económico Cinco Días en su edición del pasado martes, vende aditamentos de cartón que sobresalen del formato y pegados al papel. De esta forma, el comprador no tiene otro remedio que ver el contenido y de paso, despegar el emplaste. Los contenidos cotizan a la baja.
Mientras, nos enteramos del desastre de El Mundo, a 30 de septiembre. Tras las malas cifras de ABC, mejor dicho, del Grupo Vocento, durante los nueve primeros meses del año, ahora sabemos del tozolón de Unedisa, agravado por el hecho de que su casa matriz, la RCS, que absorbiera la deuda de El Mundo, ha entrado también en pérdidas.
Y lo peor es que ninguna editora intenta un cambio de modelo: menos papel, más análisis y redacciones más preparadas. Prefieren seguir compitiendo en el mismo plano. Es la mejor forma de que todos se hundan. Eso sí, al mismo tiempo.
Andrés Velázquez
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