• La Agencia Española de Seguridad Aérea (AESA) abre un expediente a la compañía tras el aterrizaje forzoso de tres aviones, por falta de combustible.
  • En dos años, la aerolínea acumula más de 100 expedientes sancionadores.
  • Es la primera vez que un Gobierno pone en aprietos a esta low cost, que siempre ha operado al límite de la legalidad.
  • Además, su 'modus operandi' empresarial se caracteriza por lograr subvenciones a través de chantajes, y un trato pésimo a los clientes.
  • Y para colmo, paga sus impuestos en Irlanda.

Ya era hora que alguien diera un toque –y uno serio- a Michael O'Leary, presidente de Ryanair (en la imagen). Y es que la aerolínea de bajo coste, ha sido foco de polémica desde que comenzó a operar en nuestro país, en diciembre de 2002.
Según El Mundo, la gota que ha colmado el vaso han sido los últimos aterrizajes forzosos de tres aviones en Valencia, el pasado 26 de agosto. ¿El motivo? Que se les acababa la gasolina. Aunque desde la low cost argumentan que sus aviones tuvieron que sobrevolar la ciudad durante una hora y aún podrían seguir volando 30 minutos más, lo cierto es que según El Economista, ya en 2009, en el Ministerio de Fomento recibieron una carta de trabajadores del sector denunciando que Ryanair volaba con el mínimo de combustible exigido, por lo que siempre tenían que pedir prioridad para aterrizar.
Pero esto es sólo la punta del iceberg, ya que la aerolínea acumula más de 100 expedientes sancionadores desde 2010. Pero tal vez lo más llamativo, al margen claro está de jugar con la seguridad de los pasajeros, es el 'modus operandi' que ha caracterizado siempre a la aerolínea. Así lo hizo, por ejemplo, con la Generalitat a la hora de operar desde el aeropuerto de Gerona. Pero es que, además, O'Leary se aprovechó del cierre de Spanair e, incluso, se rió de los trabajadores afectados, posando ante ellos para ser retratado haciendo el gesto de victoria.
Y por si todo esto fuera poco, Ryanair paga sus impuestos en Irlanda.
Pablo Ferrer
pablo@hispanidad.com