El impuesto sobre la renta español se encuentra por encima de la media
europea. El impuesto sobre patrimonio no existe en casi ningún país
miembro. Lo mismo ocurre con sucesiones y donaciones. Además, el
impuesto sobre sociedades es más elevado en su tipo efectivo que en el
resto de los países de nuestro entorno.
Por todo ello, el Instituto de Empresa familiar aboga por rebajar la
imposición indirecta. En su opinión, existe margen para realizarlo ya
que nos encontramos por encima de la media comunitaria. Es decir,
manifiestan la misma creencia que el ministro Solbes en cuanto a las
bondades de la curva de Laffer: una rebaja fiscal liberaría recursos a
la actividad privada, permitiendo el incremento de la actividad y por
tanto la mejora de la base de tributación y de la recaudación
impositiva.
No hay ninguna duda de que nos encontramos en la parte bondadosa de la
curva de Laffer, apuntan. La rebaja de la fiscalidad de las
plusvalías provocó mucho más movimiento y una mejora de la recaudación.
Y esto no es una opinión, es estadística, señala Eduardo Sanfrutos,
socio de Ernest & Young Asesores Legales y Tributarios.
No obstante, el director del IEF, Fernando Casado, considera que en
caso de que se produzca un déficit recaudatorio, existiría margen para
elevar la imposición indirecta, por debajo de la media comunitaria.
Además, según Casado tendría la ventaja de no penalizar fiscalmente a
los factores de coste. Es la tendencia anunciada por el presidente de
la Reserva federal, Alan Greenspan, en Estados Unidos, como una manera
además de protegerse frente a las producciones extranjeras. En cambio
esto ya no lo dijo Casado- la fiscalidad indirecta no gusta a los
partidos de izquierdas al menos teóricamente porque iguala la
tributación con independencia del nivel de rentas.
Además de estos puntos, otras de las conclusiones del IEF en relación a
la tributación son las siguientes:
· Debe de replantearse la existencia del impuesto de patrimonio
en un entorno como el de la OCDE donde ese impuesto es inexistente.
· Sucesiones. Debería de plantearse la exención cuando se trata
de familiares directos como ya ocurre en algunas CCAA. O al menos
buscar un mínimo exento suficientemente amplio como el francés donde
están exentos los primeros 720.000 euros.
· Plusvalías. Diferenciar el tratamiento fiscal de las plusvalías
a corto y largo plazo. Primar a aquellas personas que dan continuidad
a sus inversiones, señala Casado. O establecer coeficientes de
abatimiento según vaya transcurriendo el tiempo de mantenimiento de la
inversión. Esto permitiría agilizar las transmisiones entre hermanos en
el caso de una empresa familiar.
· Coordinación fiscal entre las autonomías. Defendiendo la
autonomía de cada CCAA, pero sin generar complejidad.
· Buscar ala permanencia del sistema fiscal para dar estabilidad
a las inversiones y fomentar la confianza empresarial.
· El impuesto de sociedades debe de rebajar su tipo efectivo y
mantener en todo caso las deducciones de aquello que el gobierno quiere
fomentar y que es bueno para la sociedad: I D, inversión internacional
y reinversión de beneficios para fomentar la inversión empresarial.
· Deducción por fondo de pensiones. Todo lo que vaya en la línea
de fomentar los sistemas privados de ahorro y previsión es bueno,
máximo con la inversión de la pirámide poblacional y el envejecimiento
de la sociedad.
europea. El impuesto sobre patrimonio no existe en casi ningún país
miembro. Lo mismo ocurre con sucesiones y donaciones. Además, el
impuesto sobre sociedades es más elevado en su tipo efectivo que en el
resto de los países de nuestro entorno.
Por todo ello, el Instituto de Empresa familiar aboga por rebajar la
imposición indirecta. En su opinión, existe margen para realizarlo ya
que nos encontramos por encima de la media comunitaria. Es decir,
manifiestan la misma creencia que el ministro Solbes en cuanto a las
bondades de la curva de Laffer: una rebaja fiscal liberaría recursos a
la actividad privada, permitiendo el incremento de la actividad y por
tanto la mejora de la base de tributación y de la recaudación
impositiva.
No hay ninguna duda de que nos encontramos en la parte bondadosa de la
curva de Laffer, apuntan. La rebaja de la fiscalidad de las
plusvalías provocó mucho más movimiento y una mejora de la recaudación.
Y esto no es una opinión, es estadística, señala Eduardo Sanfrutos,
socio de Ernest & Young Asesores Legales y Tributarios.
No obstante, el director del IEF, Fernando Casado, considera que en
caso de que se produzca un déficit recaudatorio, existiría margen para
elevar la imposición indirecta, por debajo de la media comunitaria.
Además, según Casado tendría la ventaja de no penalizar fiscalmente a
los factores de coste. Es la tendencia anunciada por el presidente de
la Reserva federal, Alan Greenspan, en Estados Unidos, como una manera
además de protegerse frente a las producciones extranjeras. En cambio
esto ya no lo dijo Casado- la fiscalidad indirecta no gusta a los
partidos de izquierdas al menos teóricamente porque iguala la
tributación con independencia del nivel de rentas.
Además de estos puntos, otras de las conclusiones del IEF en relación a
la tributación son las siguientes:
· Debe de replantearse la existencia del impuesto de patrimonio
en un entorno como el de la OCDE donde ese impuesto es inexistente.
· Sucesiones. Debería de plantearse la exención cuando se trata
de familiares directos como ya ocurre en algunas CCAA. O al menos
buscar un mínimo exento suficientemente amplio como el francés donde
están exentos los primeros 720.000 euros.
· Plusvalías. Diferenciar el tratamiento fiscal de las plusvalías
a corto y largo plazo. Primar a aquellas personas que dan continuidad
a sus inversiones, señala Casado. O establecer coeficientes de
abatimiento según vaya transcurriendo el tiempo de mantenimiento de la
inversión. Esto permitiría agilizar las transmisiones entre hermanos en
el caso de una empresa familiar.
· Coordinación fiscal entre las autonomías. Defendiendo la
autonomía de cada CCAA, pero sin generar complejidad.
· Buscar ala permanencia del sistema fiscal para dar estabilidad
a las inversiones y fomentar la confianza empresarial.
· El impuesto de sociedades debe de rebajar su tipo efectivo y
mantener en todo caso las deducciones de aquello que el gobierno quiere
fomentar y que es bueno para la sociedad: I D, inversión internacional
y reinversión de beneficios para fomentar la inversión empresarial.
· Deducción por fondo de pensiones. Todo lo que vaya en la línea
de fomentar los sistemas privados de ahorro y previsión es bueno,
máximo con la inversión de la pirámide poblacional y el envejecimiento
de la sociedad.