Este lunes, el Banco Popular emitía un hecho relevante en el que ponía en cuestión la metodología de las pruebas de estrés. En su opinión, el mecanismo utilizado les perjudica al mezclar en la misma casilla compromisos promotores (26.000 millones de euros) con otros compromisos de constructoras en infraestructuras o en servicios (cerca de 5.000 millones de euros adicionales). Salimos bien en la foto, pero podríamos haber salido mejor, señala Robatto, a quien le falla el subconsciente al afirmar que se trató de un error que no fue un error, sino la decisión tomada por el comité de supervisión bancaria. Por lo mismo, también critica que se haya utilizado criterio de TIER1 en lugar de core capital, más puro, que es el criterio que prefieren el 80% de los analistas.
Hasta aquí la crítica. Pero Robatto insiste una y otra vez que la publicación de la totalidad de las pruebas de estrés ha sido una buena decisión porque España tenía un déficit de credibilidad al que había que responder. O sea, que no hemos sido quijotes, sino que hemos respondido a una demanda de transparencia. Ha sido un esfuerzo muy inteligente. ¿La prueba? El relajamiento paulatino de los diferenciales de deuda respecto al bono alemán y el desatascamiento de los mercados mayoristas. Escaso, pero ha empezado. Así que ha sido muy bueno, imprescindible, necesario. Aunque erróneo porque nos ha hecho salir mal en la foto...
Por último, ¿por qué respondieron este lunes cuando ya disponían de la información desde el lunes anterior? Robatto contesta que el lunes anterior tenían exclusivamente de la línea de abajo, pero no de todo el desarrollo. Al conocer el completo, decidieron sacar el hecho relevante para tranquilizar al mercado de que la información ofrecida por el Popular era congruente con las pruebas de esfuerzo.