El universo progre se ha enfadado una vez más con el presidente norteamericano George Bush. No hay que preocuparse mucho, ya que la progresía necesita marionetas con las que cabrearse. Como el ideario progresista puede resumirse en una tapa de yogur, precisa más enemigos a combatir que principios a defender. Le ocurre algo parecido a los guiñoles de Don Jesús Polanco, que desde que Aznar perdió el poder, ya no saben qué hacer para decir algo gracioso, su fuente de inspiración se ha jubilado. Bueno, les queda George Bush. Cuando se retire en el 2008, Polanco tendrá que vender el formato.

A la progresía internacional no le ha gustado nada que Bush haya vetado la financiación pública con células madre. A la progresía de izquierdas y a la de derechas, por ejemplo, dice el ABC: Bush bloquea la financiación de investigaciones con células madre. Ejerce por primera vez su derecho a veto a una ley aprobada por el Congreso. ¡Qué vergüenza, vetar una ley tan científica, que hasta ha sido aprobada por el Congreso!

Empecemos por el principio, que no es mal método. De entrada, el ABC vuelve a engañar a su público a través de la confusión interesada entre células madre y células madre embrionarias. Repitamos: células madre embrionarias significa matar a embriones humanos, es decir, seres con identidad genética propia y no un conjunto de células, como cínicamente dicen los progres. Por el contrario, la investigación con células madre adultas no sólo es algo ético, sino muy aconsejable; no se mata a nadie, y además, son las únicas que han conseguido curar enfermedades, especialmente con la reimplantación de tejidos.

En segundo lugar, desgraciadamente el presidente Bush no es el gran defensor del embrión humano; aunque, claro, si lo comparamos con Zapatero y otros líderes europeos se parece Guerrero del Antifaz. Bush sí ha permitido la investigación con embriones sobrantes de esa bestialidad que es la fecundación in vitro, sólo que en muy determinados casos. Por decirlo de alguna manera, el presidente norteamericano ha permitido la matanza pero una matanza más pequeñita que la de, por ejemplo, la ley Zapatero.

En tercer lugar, reconozco que he mentido en el párrafo anterior, porque no estamos hablando de prohibir el uso de embriones como cobayas humanas, sino que esta barbaridad se financia o no con dinero público, que es lo que ha bloqueado George Bush. Es lo mismo que ocurre con el aborto, que se financia con nuestros impuestos. Ya se sabe que los científicos progresistas, al igual que los artistas progres son gente que desprecia el dinero, salvo que proceda de los impuestos de los demás.

En cuarto lugar, el mismo diario ABC nos enseña al jefe de la carcundia internacional, a George de la Casa Blanca elevando a un chavalillo que aparenta unos dos años de edad y que no es, sino un embrión adoptado, es decir, un chiquillo abandonado por sus padres biológicos que se sometieron a fecundación asistida y que luego abandonaron a sus hijos embriones-sobrantes. Es lo que se denominan embriones adoptados porque otra mujer ha aceptado que le implanten un embrión ajeno y dar a luz al niño. Sólo en Estados Unidos se habla de 400.000 embriones sobrantes, aunque supuestamente serán muchos más. Y ojo, esta es una solución de urgencia, la única forma de salvar a un ser humano condenado a ser utilizado como una cobaya por los científicos más progres, pero no constituye un paradigma ético. Un ser humano tiene derecho a que la madre biológica sea la madre gestante y la madre criante. Y lo mismo puede decirse del padre, en todo aquello que le permita la naturaleza. El drama psicológico de los llamados huérfanos biológicos, ya ha dado muchas muestras de que éste no es el camino.

Lo que nos lleva a la conclusión más importante y más definitiva, el origen de todos los males, aquello con lo que hay que terminar de una vez por todas es la FIV (fecundación asistida), verdadera fábrica de seres humanos destinados al matadero o a la inclusa.

Eulogio López