Lo publica en la mañana de este jueves El Economista. La Comisión Nacional de Competencia -presidida por el socialista Luis Berenguer- ha sometido a un sonoro revolcón la decisión de la vicepresidenta De la Vega de cargar sobre las telecos la supresión de la publicidad de TVE. Las telecos se quejaron. Incluso amenazaron con que en las facturas incluirían a efectos informativos el canon impuesto para financiar a la televisión de todos y todas.
Pues bien, Competencia pone en duda el argumento expuesto por la vice: que las telecos iban a ser las grandes beneficiarias de la desaparición de la publicidad del Ente y que por lo tanto, debían de contribuir. Por supuesto, aquello no era sino una excusa. Y la estrategia es siempre la misma: cargar los errores del Gobierno sobre el primero que pasaba por ahí.
Los beneficiarios sin ninguna duda supuestamente eran las televisiones privadas. De hecho, la propuesta nace de la patronal de televisiones comerciales, UTECA. Y el Gobierno siempre está dispuesto a hacer lo que sea para satisfacer sus necesidades. Al fin y al cabo, los gobiernos viven de las teles Pues bien, el tiro les ha salido por la culata, porque mucha de la publicidad de TVE no se ha repartido entre el resto de los operadores, sino que sencillamente ha desaparecido. Y muchos productos, principalmente farmacéuticos, dirigidos al canal de tercera edad no han encontrado un canal alternativo donde colocar su publicidad. Así se demuestra que la chapuza no siempre funciona.
Andrés Velázquez
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