El gigante chino de la producción farmacéutica, de pertenencia gubernamental, que envía a docenas de países sus fabricados, está sumida en un escándalo que ha originado el fallecimiento de muchos seres humanos.
Los laboratorios Shanghai Hualian Pharmaceutical de China, son el único proveedor para los Estados Unidos de la píldora abortiva del día después (PDD).
Por razones de armonía con los grupos antiabortistas, se aseveró en una notificación que las empresas productoras de la mencionada píldora del día después (PDD) había sufrido una investigación por las autoridades del control de la calidad ya que, en otras partes del universo numerosas mortales habían expirado después de ingerir preparados elaborados en los laboratorios farmacéuticos chinos. En su momento fue ajusticiado el comisionado de la Agencia del Medicamento, tras saber de buena tinta que había admitido cohechos para autorizar determinados medicamentos.
Asimismo, la Agencia del Medicamento Norteamericana no descubrió el nombre de los laboratorios fabricantes de la píldora abortiva, para evadir complicaciones con los movimientos provida. La PDD es distribuida en los Estados Unidos por Danco.
Por otra parte, la sentencia de la Contraloría General de la República de Chile contra la píldora del día después (PDD), determina que no se puede suministrar por los centros del Sistema Nacional de Salud. La alta magistratura juzgó que, al ser abortiva la PDD, no se ajustaba a la Constitución chilena, que protege la vida desde el primer momento de la fecundación.
Desde provida Chile, la emoción es muy grande: Chile ha quedado, definitivamente, blindada frente a la píldora abortiva, han aseverado. Se suma así a otros países hispanoamericanos que, asimismo, han prohibido su comercialización como Costa Rica, Ecuador, Argentina, Perú y Honduras.
Además de los daños morales que origina la píldora del día después (PDD), también produce la secuela de la virilización de los fetos de sexo femenino. La virilización consiste en el proceso que padecen los fetos femeninos al recibir cruces sexuales masculinos.
Sabemos que Dios perdona siempre, los hombres algunas veces, pero la naturaleza nunca persona.
Clemente Ferrer
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