En 2005, el banco que presidente Jaime Botín dio una de cal y otra de arena. El fuerte crecimiento del negocio, un negocio, además, en transformación constante, ha hecho que se reduzca su rentabilidad medida sobre activos en todos los márgenes, en concreto, el ROA pasa de un 0,93 al 0,77%. Y en cuanto a la rentabilidad sobre recursos propios (ROE) aumenta levemente, desde el 15,27 al 15,87, pero ello es debido a que Bankinter no ha apelado al mercado. Así el Tier-1 desciende, y se coloca en 2005 por debajo del 8%.
A pesar de ello, Bankinter ha vuelto a mostrarse como el banco multinacional, en perpetuo dinamismo. El beneficio bruto fue de 284 millones de euros, con un incremento del 8,8% respecto al ejercicio anterior.
El cociente de eficiencia se reduce levemente, pero aún sigue en un 48,4. Bankinter es un banco caro, especialmente por el cote de sus redes de corresponsales externos, más de 1.000, que representan el 27% de la plantilla. La banca por Internet ya supone más del 50% de las transacciones y continúa creciendo la banca por el móvil, pero, para hacer operaciones, los clientes prefieren la red al teléfono. Y con todo, sigue abriendo oficinas.
La carestía se nota en las comisiones. Por ejemplo, Bankinter obtuvo 250 millones de euros en concepto de comisiones, nada menos que un 58% del margen de intermediación. Ahora bien, si descontamos las comisiones abonadas, resulta que el ingreso neto se nos reduce hasta los 190 millones de euros, un 44% del margen financiero, es decir, menos que el SCH o el BBVA, que ya superan el 50%.
Al finalizar 2005, el banco propiedad de Jaime Botín recuperaba los 3.600 millones de euros de capitalización, es decir, lo mismo que costaba en Bolsa en 1999, antes de la crisis que su consejero delegado, Jaime Echegoyen y muchos otros- llama de la burbuja tecnológica, o crisis de Internet. Pero lo cierto es que el derrumbe bursátil, que ha durado casi 4 años se ha debido a lo que se deben todas las crisis financieras: exceso de especulación. En cualquier caso, Bankinter ha vuelto do solía a 1999.
Bankinter ha conseguido con una red de oficinas que no supone ni el 1% del conjunto del sector, unos activos del 5%, aunque ahí no cuenta los corresponsales. Quieren seguir en la mima línea, así como en su obsesión por la titulización. La entidad confiesa que ha titulizado entre un 25 y un 30% de su cartera hipotecaria, y que le gustaría hacer lo mismo con su cartera crediticia de pymes. La titulización es, precisamente, un proceso especulativo, que aumenta la burbuja financiera sobre un mismo bien real. Por otra parte, la titulización resulta, cundo menos, un instrumento de gestión más que discutible, en un país y en una época donde la morosidad bancaria está bajo mínimos.
Por lo demás, la entidad confiesa sentirse muy cómoda con su estructura accionarial actual. Lo cierto es que continúa la pugna entre Jaime Botín (casi el 15%) y el inversor de origen indio Ram Bhawnani, que se aproxima al 12%. En la City madrileña no son pocos los que piensan que Jaime Botín no deja de invertir en el accionariado no porque pretenda expulsar a su competidor, sino porque pretende ser el único interlocutor ante una posible venta del banco a terceros. En el entretanto, Bankinter presume de contar con un vicepresidente independiente el antiguo corredor de Bolsa Pedro Guerrero Guerrero-, pero no ha encontrado un hueco en el Consejo para uno independiente, como D. Ram, a pesar de que le correspondería un asiento por el capital invertido, incluso más.