El arzobispo melquita de Zahlé subraya que muchos libaneses tienen miedo de que la guerra siria se extienda al LíbanoEl Arzobispo melquita de Zahlé, en Líbano, John Issam Darwish, ha exigido un compromiso decisivo de la comunidad internacional por la paz en Siria. En conversación mantenida con la fundación internacional católica Ayuda a la Iglesia Necesitada, subrayó que muchos libaneses tienen miedo de que la guerra siria se extienda a Líbano.
Literalmente, el arzobispo Darwish afirmó: "La situación en Siria tiene una influencia directa sobre la estabilidad de Líbano". De hecho, según ha explicado, el Gobierno libanés se deshizo por esa causa y las elecciones al Parlamento, previstas para junio, han sido aplazadas. La economía libanesa nota la situación en Siria. Muchos turistas han cancelado sus viajes a Líbano.
El Arzobispo Darwish también añadió: "Además tenemos en el país a más de un millón de refugiados sirios. Les ayudamos allí donde podemos. Solo en mi archidiócesis han sido acogidas 700 familias; pero esas masas llevan a Líbano al límite. Y este número seguirá creciendo si persiste el conflicto en Siria".
La conferencia internacional de Siria en Ginebra, prevista para junio, es —en palabras del Arzobispo—una buena oportunidad para presentar una nueva hoja de ruta para la paz. "Por ello hago un llamamiento a la comunidad internacional para que se comprometa por la paz en Siria. Apelo especialmente a los países europeos para que ejerzan presión sobre todas las partes en conflicto, para que se sienten a negociar".
Un diálogo pacífico entre los sirios —siguió diciendo el Arzobispo— es la única vía para conseguir paz y estabilidad: "Los progresos democráticos solo pueden conseguirse con negociaciones y conversaciones, pero no con la guerra. Primero han de terminar las luchas y el derramamiento de sangre".
Teniendo en cuenta los 80.000 muertos en la guerra, la reconciliación entre los sirios es, en opinión del Arzobispo Darwish, difícil; pero hay inicios de solución: "Recientemente participé en el viaje de una delegación internacional, que presidía —entre otras personas— Mairead Maguire, la premio Nobel norirlandesa. Viajamos a Damasco y nos reunimos con las dos partes. Tanto los representantes del Gobierno como los rebeldes nos aseguraron que, en principio, están dispuestos a negociar. Pero esto solo se puede conseguir con la ayuda de la comunidad internacional".
Recordemos que el Líbano es un importante enclave cristiano en Oriente Próximo, por lo que la guerra de Siria afecta muy directamente a los cristianos del país.
José Ángel Gutiérrez
joseangel@hispanidad.com
Literalmente, el arzobispo Darwish afirmó: "La situación en Siria tiene una influencia directa sobre la estabilidad de Líbano". De hecho, según ha explicado, el Gobierno libanés se deshizo por esa causa y las elecciones al Parlamento, previstas para junio, han sido aplazadas. La economía libanesa nota la situación en Siria. Muchos turistas han cancelado sus viajes a Líbano.
El Arzobispo Darwish también añadió: "Además tenemos en el país a más de un millón de refugiados sirios. Les ayudamos allí donde podemos. Solo en mi archidiócesis han sido acogidas 700 familias; pero esas masas llevan a Líbano al límite. Y este número seguirá creciendo si persiste el conflicto en Siria".
La conferencia internacional de Siria en Ginebra, prevista para junio, es —en palabras del Arzobispo—una buena oportunidad para presentar una nueva hoja de ruta para la paz. "Por ello hago un llamamiento a la comunidad internacional para que se comprometa por la paz en Siria. Apelo especialmente a los países europeos para que ejerzan presión sobre todas las partes en conflicto, para que se sienten a negociar".
Un diálogo pacífico entre los sirios —siguió diciendo el Arzobispo— es la única vía para conseguir paz y estabilidad: "Los progresos democráticos solo pueden conseguirse con negociaciones y conversaciones, pero no con la guerra. Primero han de terminar las luchas y el derramamiento de sangre".
Teniendo en cuenta los 80.000 muertos en la guerra, la reconciliación entre los sirios es, en opinión del Arzobispo Darwish, difícil; pero hay inicios de solución: "Recientemente participé en el viaje de una delegación internacional, que presidía —entre otras personas— Mairead Maguire, la premio Nobel norirlandesa. Viajamos a Damasco y nos reunimos con las dos partes. Tanto los representantes del Gobierno como los rebeldes nos aseguraron que, en principio, están dispuestos a negociar. Pero esto solo se puede conseguir con la ayuda de la comunidad internacional".
Recordemos que el Líbano es un importante enclave cristiano en Oriente Próximo, por lo que la guerra de Siria afecta muy directamente a los cristianos del país.
José Ángel Gutiérrez
joseangel@hispanidad.com