La película comercial, que fue prohibida en Australia y Canadá, será difundida por los canales Antena 3, Telelombardia y Milanow, si lo permite la autoridad que regula la publicidad en televisión.
Alemania apoyó la ley que aprobaba la eutanasia en la década de los años veinte. Se realizaba entre muchos enfermos terminales hospitalizados en los sanatorios públicos germanos; se invocaban motivos de conmiseración, calidad de vida y la detención del gasto público.
En 1930, Adolf Hitler, legitimó la ampliación de la ley tras la que se realizaban experimentos con personas humanas y se consumaron crueles genocidios. Esto nos debe hacer recapacitar. Cuando se abre un orificio legal es difícil conocer el momento en el que hay que frenar. Lo que despuntó como una medida humanitaria, hacia los desahuciados, se trocó en algo trágico.
"Es moralmente indeseable y éticamente malo intentar legislar sobre la supresión de las vidas humanas, inocentes y que toda ley que lo autorice estará sujeta a abusos impredecibles y que es socialmente deplorable y desorientador, tratar de promulgar leyes que aprueben la eutanasia", asevera el doctor Brian Pollard. "Durante mis cinco años dedicados a proporcionar asistencia médica a los enfermos terminales con cáncer, no hubo ninguno que me pidiera la eutanasia", asevera.
Se debe proporcionar unos cuidados de calidad a los pacientes terminales. En un mundo ejemplar los enfermos terminales, al estar bien cuidados, ninguno solicita la eutanasia. La eutanasia gravita en premisas que no respetan la existencia del ser humano, cuya vida depende solamente de Dios.
Por último, puedo afirmar, que la eutanasia es una derrota personal de quien la teoriza, la decide y la práctica. "Confirmo que la eutanasia es una grave violación de Dios en cuanto a la eliminación deliberada y moralmente inaceptable de una persona humana. Semejante práctica conlleva a la malicia propia del suicidio o del homicidio", afirmó Juan Pablo II, que el próximo 1 de mayo será beatificado.
Clemente Ferrer
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