Las declaraciones de la Ministra de Sanidad, Ana Mato, en relación a Ley de Aborto sobre imponer una autorización paterna para abortar en las menores, destapan el sentir proabortista de Rajoy y de la élite que controla al Partido Popular.
Hubiera sido de esperar que el gobierno de Rajoy y el Partido Popular hubiesen abolido el aborto, pero todo lo más que prometen hacer es modificar la cuestión de las menores de edad, para que los padres aporten un consentimiento informado.
Ana Mato acaba de frustrar las esperanzas depositadas en el voto del Sector Sanitario en el PP, pues con las tibias medidas de Mato los médicos de Atención Primaria o de Familia, más ginecólogos, enfermeros, matronas y otras especialidades sanitarias tendrán que seguir participando en la gestión administrativa del aborto; y lo que es peor, la sangría del aborto seguirá segando vidas y empobreciendo la demografía de España.
Rechazamos como profesionales de la salud cualquier intento de etiquetarnos con calificativos tipo: ultra derecha, o antiabortistas. Esos latiguillos tienen como objeto distraer a la opinión pública de la cuestión esencial: el aborto inducido es eliminación cruenta de un ser humano en situación de vulnerabilidad. La segunda víctima del aborto es la mujer que soportará un trauma durante toda su existencia.
Recordamos que la Ciencia demuestra que en todo aborto hay uno que mata, otro que muere y una mujer que sufre.
ODS ha elaborado un estudio jurídico muy sencillo para defenderlo ante el Ministro de Justicia, señor Gallardón al que acaban de pedir una audiencia.
La ODS ayuda a sanitarios, y otros profesionales, que se encuentran en situación de acoso laboral en sus Centros de Salud, por ser fieles a los límites de la profesión que hace dos mil setecientos años marcara Hipócrates.
Juan Molina, portavoz de ODS