Presentó a Arturo Carulla (Agrolimen) como uno de los empresarios más próximos a Zapatero

Negó que aspirara a la presidencia de Iberia y explicó la filosofía de TPG: el que sabe gestionar una compañía es quien la ha gestionado hasta el momento con éxito. En ningún momento se refirió a ACS, participada por su hermano y por su primo, como otro posible socio inversor. En la rueda de prensa, Conte recordó que TPG se mantuvo durante 10 años en Continental Airlines.   Después de todo, lo que se está jugando en Iberia y Altadis es muy sencillo: es el futuro del capitalismo, lo que John Bogle llamaría "la batalla por el alma del capitalismo", la lucha entre propietarios y gestores que, durante la última parte del siglo XX y la primera del XXi se ha decantado por los segundos.

A eso se le une la aparición de los Private Equity o fondos de capital-riesgo. En teoría, algunos, por ejemplo Fernando Conte, presidente de Iberia, mantiene una distinción conceptual estricta entre ambos: el capital-riesgo invertiría cuando la empresa nace  luego se marcharía, mientras el ‘private equity' –que podríamos traducir, desde luego no literalmente, como capital privado ajeno al accionariado tradicional- sería un apoyo para la gestión.

Lo cierto es que ni uno ni otro se quedan más de lo estrictamente necesario para conseguir la plusvalía, y que una de las fórmulas para obtenerlas es trocear la empresa y venderla por partes, bajo el principio de que la suma de las partes vale más que el todo. Y así, el presidente de Iberia afirma que TPOG se mantuvo en Continental Airlines durante una década. Cierto, peor es que tampoco podía hacer otra cosa. Una cosa es que los fondos sean especulativos y otra que acierten siempre en su especulación.

El caso es que Alfonso Cortina, representante para España del fondo Texas Pacific Group (TPG) se personó en Iberia la pasada semana para hablar con su equipo directivo.

Primera sorpresa: según Cortina, TPG no necesita para nada la compañía de British Airways. Tiene dinero y experiencia sobradas para ir solito. ¿Apoyo político? Está clarísimo: Agrolimen. No en vano la empresa alimentaria catalana tiene, ahora, como hombre fuerte de la segunda generación a Arturo Carulla, amigo personal del presidente Zapatero. Otro socio posible es ACS, participada por los Albertos, hermano y primo de Cortina. Planeta le seduce menos a Cortina, más que nada porque a José Manuel Lara le gusta mandar.

Tercera cuestión: a TPG le gusta contar con los directivos de Iberia, que son los que mejor conocen Iberia. ¡Qué casualidad!, lo mismo dice otro private-equity, CVC, al presidente Altadis, Antonio Vázquez. La técnica es tan sencilla que causa rubor explicarla: se trata de ganarse a los directivos para la propia causa a cambio de asegurarles su continuidad. Y saben: si viene una empresa del sector, pro ejemplo British Airways, os van a echar, porque ellos sí saben del negocio y toda multinacional lo que sobran son directivos y lo que falta es ocupación porque proporcionarles.

Cosa distinta es que el núcleo de referencia (40% del capital) de Iberia acepte a un TPG más o menos en solitario. Y otra cosa es que acepte los 3,6 euros por acción, a todas luces insuficiente.