El patriarca de la familia Crawley debe asumir que su hija Mary tiene que sustituirle al frente de Daownton pero, a pesar de ser consciente de su cualificada preparación, le cuesta soltar las amarras totalmente del que ha sido su “pequeño reino”. A la preocupación por el coste que supone vivir en una mansión de esas características se une la visita del hermano de su mujer, Cora, que fulminó prácticamente la enorme herencia americana de ésta, acompañado de un misterioso sujeto, experto en finanzas que pronto pone entre sus objetivos conquistar el favor de Mary, que ha decidido divorciarse y que, por ese motivo, se ha convertido en una auténtica apestada entre el círculo de nobles en el que se mueven.

Como el título de la famosa canción de Bob Dylan, Los tiempos están cambiando (1964), la famosa franquicia de Downton Abbey, que primero fue serie televisiva y luego saltó a la gran pantalla, incide en los cambios que experimentan en sus vidas los habitantes de esa fastuosa mansión británica,  muchos de ellos sociales, tanto en los de arriba como los de abajo, todo ello desarrollado a principios de los años 30 del pasado siglo XX. Con este film su creador,Julian Fellowes, despide una saga “de cine de tacitas” muy querida por el público. En la misma ejerce de guionista e incluye al reparto original. Y vuelve a repetir como director Simon Curtis.

Para los que hayan seguido la serie y, posteriormente, las películas, no hace falta que les comente que uno de los hándicaps a los que se enfrentaban los responsables de la misma era  solventar la muerte, en la vida real y la ficción, de uno de los personajes más emblemáticos, Violet Crawley, interpretada por la genial Maggie Smith, que era la salsa de todos los platos y aportaba  el humor a la misma gracias a sus explosivos e irónicos comentarios. Pues bien, esa faceta se ha sobrellevado bien, es cierto que esta entrega no posee tanto humor como las anteriores,  pero la crítica sobre cómo superan los snobismos de la clase alta está muy bien argumentada en imágenes. Como ociurrió en las anteriores películas en tan solo dos horas de metraje tienen recorrido  las dos docenas de personajes de la trama, teniendo más presencia la mediana de las hermanas, Lady Edith (interpretada por Laura Carmichael) a quien el matrimonio ha serenado y le ha hecho más astuta y mucho más familiar.

De nuevo vuelve a asombrar la belleza de  la mansión de Downton Abbey, que es un personaje más en la trama, recuerden que en la vida real es una  finca que se llama Highclere Castle, y es que la puesta en escena, la fotografía y el vestuario de esta franquicia son insuperables. Como titulamos este comentario, estamos ante la mejor muestra actual de ese cine de época, que algunos denominan de taciitas, que por la descripción que hace de la naturaleza humana, tiene inspiración en la siempre loada escritora Jane Austen.

Para: los seguidores de la serie y las películas, no les defraudará.