• El grupo alemán sigue líder de ventas en Europa tras aumentarlas un 6,1% en 2015, aunque reduce su cuota mercado por primera vez desde 2007.
  • Seat también mejora, un 2,8%, el techo de 2014 (390.500 matriculaciones), con dos aliados: el León y el mercado germano.
  • El poder del García Sanz en el grupo ha crecido desde que estalló el escándalo y tras el nombramiento de Müller.
  • Fue el español quien prometió personalmente al Rey que Volkswagen mantendrá la inversión de 4.200 millones en España.
El español Francisco Javier García Sanz, vicepresidente mundial de compras de Volkswagen, podría haber sido uno de los damnificados por la mayor crisis que ha sacudido al fabricante alemán, pero no ha sido así. Al contrario, ha reforzado su trayectoria dentro de VW y se puede afirmar, con seguridad, que es uno de los grandes triunfadores, junto al actual presidente ejecutivo, Mattias Müller, procedente de Porsche. Y a eso se unen las cifras de ventas en 2015, anunciadas este viernes por la Asociación Europea de Constructores de Automóviles (Acea), que dejan en buena posición a la filial española, Seat, en la que García Sanz es el máximo responsable, a pesar del escándalo. El grupo cerró el año como líder de ventas de la UE, con un incremento del 6,1%, hasta 3,37 millones de unidades. No obstante, redujo su cuota de mercado (del 25,5% al 24,8), por primera vez desde 2007. Le siguen los grupos galos PSA Peugeot Citröen (con un 1,44 millones, el 6,2 %) y Renault (1,33 millones, el 9,2 % más). En el conjunto de la UE, las ventas crecieron un 9,3%, hasta 13,7 millones de unidades. Todas las filiales de Volkwagen mejoran, pero es reseñable la de Seat, que en 2014 vendió 390.500 vehículos, gracias a dos grandes aliados que se repiten en 2015: el mercado alemán, donde en 2014 matriculó 84.562 y el modelo León, sobre el que pivota actualmente la estrategia de la marca. "Seat se está leonizando", dijo en febrero el entonces presidente, Jürgen Stackman. Fuentes de Seat, que comunicará los datos concretos la próxima semana, sitúan las ventas en torno a los 400.000 vehículos. Y es también en Seat donde está el protagonismo, como máximo responsable, de García Sanz. Desde junio de 2007, preside del Consejo de Administración de la filial y fue también el artífice del nombramiento como presidente ejecutivo del italiano Luca de Meo, uno de sus hombres de confianza. Eso ocurrió en septiembre, a los pocos días de que estallara el caso del fraude en las emisiones de los motores diésel, un fraude que amenazaba la propia existencia del grupo, que dejaba muy tocado el made in Germany y por el que tuvo que decir adiós al sueño de superar a Toyota como número uno. Fue entonces, en la vorágine de esa crisis, cuando se prorrogó el mandato de García Sanz por otros cinco años como miembro del Consejo de Dirección del grupo y responsable de ventas. No sólo eso. En diciembre, tres meses más tarde, García Sanz fue elegido por Consejo de Administración para una función peculiar: aclarar el peor escándalo que pesa sobre la firma, lo que prueba la sintonía con el presidente ejecutivo, Müller. Entre tanto, García Sanz se ha forjado como uno de los hombres más influyentes del motor, aunque sale con muy poco eco en los medios, salvo por su gran amistad con el presidente del Real Madrid y de ACS, Florentino Pérez, al que incorporó al consejo asesor de Seat, junto a Isidro Faine (La Caixa), Josep Piqué (OHL) y Herráiz Mahou (uno de los propietarios de Mahou-San Miguel). García Sanz presume de ser un madridista hasta la médula, gesto que Pérez le desvolvió nombrándole consejero de la filial alemana de ACS, Hochtief. Y presume también de su gran afición al fútbol. De hecho, entre sus cargos está el de presidir el equipo de VW en de la ciudad alemana de Wolsburgo, donde está la sede del grupo. Su poder en Volkswagen y Seat le ha convertido también en un interlocutor de lujo con el Gobierno español. Fue García Sanz quien comunicó personalmente a Mariano Rajoy el plan de inversiones de 4.200 millones en las dos plantas españolas (la de Seat, en Martorell, y la de VW en Landaben, Pamplona), antes de hacerse público. Y fue también García Sanz quien comunicó personalmente al Rey que se mantenían esas inversiones previstas en España, a pesar de la fuerte crisis en la multinacional. Y es que el interés recíproco es considerable. El grupo germano tiene una plantilla próxima a 22.000 trabajadores en España, donde el año pasado facturó 13.800 millones y donde vendió, sólo en nuestro país, 216.250 vehículos (200.000 de ellos turismos). Rafael Esparza rafael@hispanidad.com