Nueva regularización fiscal del Rey Juan Carlos I, esta vez por 4 millones de euros. Resulta que sus amigos le pagaban viajes y estancias pero -te pillé- Hacienda lo considera pagos en especie y tenía que haberlos tributado.

A partir de esta filtración interesada del Gobierno, Pedro Sánchez se rasga las vestiduras y deplora estas “conductas incívicas” al tiempo que, naturalmente, defiende la honradez y probidad del actual monarca Felipe VI… cada día más cerca del cadalso ante la inminente llegada de la III República.

El Rey Juan Carlos I pagará 4 millones de euros a la Hacienda Pública por viajes para los que ha tenido que buscarse financiación, cosa que no hacen sus pares europeos, que viajan, con motivos privados y públicos, cuando les viene en gana.

Naturalmente, una vez más ha sido la Agencia Tributaria y la Fiscalía, o sea Sánchez, quien ha filtrado la información. Gran escándalo.

El ministro de Transporte, José Luis Ábalos, ha aprovechado para darle una puñalada al monarca recordando que la ley es igual para todos y remite a la Fiscalía y a la Agencia Tributaria para que “fiscalicen al Rey”.

Es la proclamación de la hipocresía llevado a su cénit.

Los miembros de la Familia Real británica tampoco pagan aviones y no hay manera de distinguir entre viajes privados y públicos… como el Falcon de Pedro Sánchez cuando va a un concierto de rock

Hablamos de cuatro millones a pagar, por un concepto más que discutible, instado por un Gobierno que le ha proporcionado 50 millones de euros para que Errejón investigue -profundas investigaciones- la jornada laboral de cuatro días.

Sigamos. La clave está en que las monarquías europeas, ninguna de las cuales tiene el esplendor histórico de la española ni sus raíces históricas, son ricas, la española es pobre, sobre todo tras la instauración de la II República. Y Franco no cambió la situación patrimonial tras el expolio de la II República.  

Por eso, Juan Carlos I tiene que buscarse su patrimonio como puede. Y su padre tuvo que hacer lo mismo: vivir en Estoril gracias a los donativos de la aristocracia española.

A cambio, el Estado se ocupa del mantenimiento del Patrimonio Real. El Rey de España no es propietario (como la reina de Inglaterra) sino que pasó de propietario a inquilino y de ahí viene su debilidad.

Dicho de otra forma: la Monarquía española perdió todo su patrimonio, por ejemplo, los cuadros, a cambio del subsidio estatal. Ejemplo: lo que había en el Palacio Real era propiedad del Rey… hasta la II República.

Por eso, la Reina de Inglaterra paga a la Hacienda Pública -desde anteayer- pero se trata de la primera fortuna de Gran Bretaña. A su lado, Juan Carlos I y Felipe VI son dos pobretones. En concreto, Felipe VI es el indigente actual de la realeza europea.

Así que, si la Monarquía nos cuesta una fortuna a los españoles lo que debe hacer el Gobierno es devolverle al Rey la fortuna que le arrebató la II República y así no nos costaría nada. Tendría que convertir el patrimonio en liquidez, ciertamente, pero tendría patrimonio que convertir.

Porque la diferencia es esta: las monarquías europeas son riquísimas, la monarquía española no tiene un euro y sólo nos cuesta 8 millones de euros al año. Así que el Rey se ve obligado a buscar dinero donde puede, por ejemplo en sus amigos y a vivir como un ermitaño.

Por cierto, los miembros de la Familia Real británica tampoco pagan aviones y no hay manera de distinguir entre viajes privados y públicos… igualito que con el Falcon de Pedro Sánchez cuando va a un concierto de rock.

'Lista civil' hay en España y en Inglaterra. Meghan y Harry costaban mucho más que toda la monarquía española junta

Y más, ‘lista civil’ hay en España y en Inglaterra. Es decir, además de todo el patrimonio de la Familia Real británica, los miembros de la Casa Real reciben una asignación. Y metidos en conspiraciones, Meghan y Harry, esa pareja feliz, hasta que fueron expulsados de la Real Casa, le costaban a los británicos el triple que toda la Casa Real española y no tenían que financiar de esos 8 millones de presupuesto anual, cosillas como la Guardia Real de Zarzuela.

Muy sencillo: si la Monarquía nos cuesta una fortuna, devuélvanle el patrimonio que le quitó la República y así no nos costará nada.