• Si la tendencia no cambia, en 2052 habrá poco más de un trabajador por cada jubilado, y eso es insostenible.
  • El aumento de la esperanza de vida y el suicidio demográfico han llevado a un atolladero sin precedentes.
  • Adecco pone cifras a este drama y propone combatirlo con el impulso de natalidad y de los contratos entre los mayores de 45 años.
  • En esa franja de edad, la más discriminada laboralmente, se concentra el 40% de los parados.
No es asunto de debate entre nuestros políticos, pero amenaza con dinamitar la sociedad española en menos de cuarenta años. Nos referimos al envejecimiento de nuestra población, una lacra que sigue alcanzando cotas récord. Y ha superado la barrera de lo sostenible. La relación cotizante-pensionista es ya de 2,3, considerando la ecuación sostenible a partir de 2,5. Otro dato peligroso: ya hay 116 mayores de 64 años por cada 100 menores de 16. Pero lo peor está por llegar. Si la tendencia no cambia, se estima que en 2052 haya poco más de un trabajador por cada jubilado, algo que pone en peligro la viabilidad del sistema de pensiones. Los motivos que nos han llevado a este atolladero son un aumento de la esperanza de vida entre la población acompañado de una disminución de la natalidad. El resultado del cóctel es un incremento del número de personas mayores. Ahora mismo, el 18% de la población es ya gente mayor de 65 años, pero esta cifra podría superar la cota del 30% a partir de 2030. En resumen, urge hacer algo para revertir los pronósticos. Para lograr esto, la consultora de recursos humanos Adecco reclama la necesidad de contratar a personas mayores de 45, que considera el sector más discriminado en su acceso al mercado laboral (constituye el 40% del total de parados). La sostenibilidad del sistema, asegura la compañía, pasa por aprovechar su talento. También llama a las empresas a que contraten más personas discapacitadas y mujeres. El primer grupo registra una tasa de actividad de sólo el 36% y el segundo del 53% (inferior al 65% masculino). Además pide medidas para frenar la fuga de jóvenes. Su mensaje, en definitiva, es claro: para salir de ésta necesitamos más masa laboral. Pero el verdadero lastre, insistimos, sigue siendo la poca natalidad española, en un entorno en el que vivimos cada vez más años. ¿Cómo darle la vuelta? Impulsando medidas que animen a las familias a tener más hijos. Daniel Esparza