Es un chollo para todo el tejido social. Sin embargo, miren por dónde, el Gobierno español está empeñado en acabar con el trabajador por cuenta propia
¿Qué es un trabajador autónomo? Aquel que nunca hace huelga porque se la estaría haciendo a sí mismo. El autónomo es un señor que come si trabaja y que, en esto se parece al empresario y al proletario, acostumbra a comer todos los días. Como microempresario no puede permitirse la pereza.
Es un tipo que se busca su propia facturación sin esperar a que se la busque el Estado o la empresa, es un señor que no puede permitirse el perder la ilusión por hacer cosas, que si se pone enfermo no trabaja, por lo que rara vez se pone enfermo, que no está obsesionado con la jubilación y no busca la prejubilación y que, encima, es consciente de que el sistema público de pensiones está quebrado y que, por tanto, cotizar menos le permite alimentar a su familia y que, cuando llegue a la tercera edad, seguirá trabajando o deberá haber ahorrado para no sobrevivir… o ya verá cómo se las arregla. Por si fuera poco, es el elemento más productivo de todo el tejido social: no intenta endosarle trabajo al de al lado porque no tiene nadie al lado. Y si tiene trabajadores a sus órdenes, el esfuerzo compartido es sencillo de controlar. Cumple a la perfección el precepto bíblico que asegura que “el que no trabaja que no coma”. Está claro que el autónomo nunca será socialista.
Pedro Sánchez está empeñado en acabar con el trabajador por cuenta propia: gente dispuesta a trabajar duro y poco propicia a admitir limosnas y subvenciones
Es, en definitiva, un hombre libre: ni depende de la subvención o contrata, como el empresario, ni depende del empresario como el trabajador por cuenta ajena.
A este personaje deberíamos mimarle. Es un chollo para todo el tejido social. Sin embargo, miren por dónde, el Gobierno español está empeñado en acabar con el trabajador por cuenta propia: quizás por eso, porque son gente libre, dispuesta a trabajar duro y poco propicia a admitir limosnas. Tres condiciones nobles que la izquierda soporta mal.
Naturalmente, Pedro Sánchez no lo dice así, porque no le gusta que se le escapen 3 millones de votos. Lo que dice el Gobierno socio-podemita es que el autónomo debe pagar cotizaciones por su salario real. Pero, como ya hemos recordado en Hispanidad, eso significa proletarizar al autónomo. Además, el autónomo paga menos, no que el asalariado, sino que el empresario, pero, a cambio, tampoco pide nada ni recibe casi nada. O si lo prefieren: es un chollo para el Estado.