El 2 de agosto el mensaje se resumía así: “Defended la Eucaristía con vuestras vidas”. Cinco días más tarde, el asunto es el mismo -la Eucaristía- pero esta vez dirigido a obispos y sacerdotes y puede resumirse de esta guisa: “no suprimáis ni reduzcáis la Eucaristía”. Ver aquí.

Hablo de un nuevo mensaje de Cristo a la madrileña Margarita de Llano. Mensaje abierto, como todos, pero con un destinatario especial: obispos y sacerdotes. ¡Y menuda bronca que les cae! 

Fenomenal bronca al clero: obispos, sacerdotes, no hagáis una Iglesia a vuestra medida

Una vez más, el mensaje tiene todo el sabor de lo palpable. Así, tras una etapa de coronavirus, donde la jerarquía se apresuró a suprimir la Eucaristía, en una lamentable cesión episcopal ante el Gobierno Sánchez, incluso llegando mas allá que lo dictaminado por Moncloa, la asistencia al sacramento se redujo. Y sin sacramentos y, sobre todo, sin Eucaristía, no hay Iglesia.

Recuerden que, todavía hoy, hay gente que no sale de casa y a la que se le está escamando la piel. Por tanto, tampoco acude a misa.

Así, la bronca al clero es de aúpa. Obispos, sacerdotes: “no hagáis una Iglesia a vuestra medida”.

Con la excusa del coronavirus, los obispos españoles llegaron más allá incluso de lo que exigía el gobierno ateo de Sánchez: clausuraron la Eucaristía

Además, una advertencia, que ya muchos sospechan, sin necesidad de revelación alguna: “La comunión sacrílega se extiende en mi Iglesia”.

En otras palabras, que la batalla de hoy es batalla eucarística. Y que la huella dactilar de cualquier “falsa Iglesia” que pueda venir es esta: la minusvaloración, tergiversación o profanación de la Eucaristía.