Nuevas pruebas del salvajismo de la narcodictadura de Nicolás Maduro. La Organización de los Estados Americanos (OEA) ha recibido un informe  —presentado por la directora del Instituto Casla, Tamara Suju— con el balance de los crímenes de lesa humanidad cometidos por el chavismo en Venezuela en el que se recogen 25 nuevos casos de detenciones arbitrarias, secuestro, tortura, agresión sexual a presos políticos. Ese documento afirma que el régimen ha endurecido la represión por medio del estado de excepción decretado por la pandemia, publica ABC.

En el informe el organismo multilateral ha hallado pruebas de que «141 personas fueron víctimas de Detención Arbitraria, Tortura, Desaparición Forzada Temporal y Violación o alguna forma de violencia sexual», ocurridas entre 2014 y 2020, añade ABC.

Según el informe de Casla, en 14 de los 25, hubo violación y otras formas de agresión sexual, donde 38 víctimas directas fueron desvestidas, padecieron intento de violación y tres fueron violadas. Por lo menos 25 presos políticos fueron colgados de una polea o columna horizontal, mientras se hallaban esposados, para ser asfixiados y someterles a descargas eléctricas.

Las víctimas fueron sometidos palizas, asfixias, descargas eléctricas, colgamientos y a varios les golpearon las uñas con un martillo

El estudio documenta casos de torturas donde las víctimas perdieron uñas de las manos y de los pies a golpes. Varias víctimas fueron objeto de ahogamientos fingidos con el método de «waterboarding», y otras fueron torturadas con el método de la llamada «falanga», o sea, golpear con varas de madera o metal, en las plantas de los pies, a personas arrodilladas, colgadas boca abajo o acostadas, explica el mismo medio. Las víctimas fueron sometidos palizas, asfixias, descargas eléctricas, colgamientos y a varios les golpearon las uñas con un martillo, añade ABC.

Una víctima de torturas intervino por vídeo en la presentación del informe para denunciar que fue «torturado, brindado, fui desnudado. Presencié como violaban a otros manifestantes a través de palos. Los violaron con palos para hacerlos hablar, para solo incriminar a dirigente de Voluntad Popular y dirigentes de Primero Justicia. Fui vendado, fui torturado durante tres días seguidos. Estuve incomunicado con mis familiares y sin acceso a abogados. Se me violaron mis derechos fundamentales, mis derechos humanos», recoge el mismo medio.

Ante semejantes violaciones de los derechos humanos, ¿a qué espera la comunidad internacional para intervenir?