- Un buen balance es la mejor forma de evitar tentaciones a un Ejecutivo que no le traga.
- Iberdrola conjura el riesgo de tipo de cambio (sobre todo libras y dólares). Son derivados.
- Menos deuda, pero seguimos hablando de 30.000 millones de euros.
- Cuidado con el Brexit. Muchos van a utilizarlo para justificar una mala gestión. No es el caso de Iberdrola.
Esta mañana han llegado
los resultados de Iberdrola, una de las grandes energéticas españolas, y además se ha introducido en ella y de que forma el término de moda en estas últimas semanas:
Brexit. Ya nos podemos ir preparando, pues yo apuesto, doble contra sencillo, que va a servir de justificación para más de un mal resultado en aquellas grandes corporaciones que tienen en el
Reino Unido una importante parte de sus inversiones.
En el caso que nos ocupa esta mañana,
Iberdrola, no ha sido así. Es verdad que la sociedad, en el ejercicio 2015, contó con el 25,6% de su beneficio neto en
libras esterlinas, unos 619,9 millones de euros, y un 20,3% en
dólares USA, unos 492,6 millones de euros. Evidentemente y como no puede ser de otra forma, Iberdrola parece muy consciente del
riesgo de tipos de cambio que está tomando con sus negocios en el Reino Unido y ha salido al paso de posibles rumores que podrían perjudicar su imagen en el mercado. Para ello ha anunciado que tiene cubierto, a fecha de hoy, al 100% la contribución al beneficio neto en libras esterlinas, mediante
derivados.
Al final he caído yo también en la trampa de la actualidad y con la historia del Brexit, que para mí aún no está nada claro económicamente, y mucho menos políticamente, la verdadera actualidad para Iberdrola son los 1.456,7 millones de resultado neto obtenidos durante estos seis primeros meses de 2016, que, a pesar de ser un resultado inferior en un 3,3% al del mismo periodo del ejercicio anterior y pese a la coyuntura cambiaria, no han variado sustancialmente en su composición.
Y es que el
margen bruto ha crecido en un 2,1% sobre todo por el menor coste de los aprovisionamientos (-14,4%), un discreto incremento del 1,4% en el Ebitda y un beneficio antes de impuestos de 1.971 millones que suponen un 12,3% más que en el ejercicio precedente. La razón de que el resultado neto no presente un incremento similar al beneficio antes de impuestos está justificado por una
reversión fiscal registrada en el 2015, que supuso un impuesto de sociedades 234,4 millones inferior al actual.
Por negocios, a pesar de su descenso en 256 millones, continúa siendo el de
Redes el que más aporta al total del beneficio neto, un 51,8%, seguido de cerca por Generación y clientes que aporta un 41,2% y ha registrado un incremento en este ejercicio de 149,4 millones. Renovables pierde 23,2 millones respecto al 2015 y, junto con el resto, se mantiene en la misma línea del pasado ejercicio.
Los negocios en otros países continúan por la buena senda, especialmente la filial estadounidense
Avangrid, que crece un 45% en su beneficio neto ajustado hasta los 295 millones de dólares.
Por lo que respecta a Reino Unido, los negocios de redes y generación-clientes han compensado sus pérdidas y beneficios prácticamente con respecto a 2015, pero renovables ha sufrido un retroceso de 66,7 millones de euros.
La
deuda financiera neta de la sociedad ha crecido en 1.777 millones sin tener en cuenta la deuda de UIL, y aún se mantiene en un índice de apalancamiento del 41,4%, ligeramente inferior a 2015. La deuda asciende a 30.520 millones, siendo su vencimiento medio de 6,2 años y a más de cinco años de vencimiento un total de 16.377 millones. La buena noticia es que el resultado financiero neto ha caído de -518, tres millones a finales de junio de 2015 hasta -361,2 millones en junio de este ejercicio, ello ha sido posible por las mejoras en los derivados y en los costes de relativos a la deuda.
Las
inversiones han aumentado un 42,7% hasta los 1.959 millones y significativo es que se mantenga el plan de inversiones en el Reino Unido, a pesar de la inestabilidad actual de su divisa. Esto es, gracias a que el 75% del total de la inversión está realizada a
precios cerrados, un 21% con cláusulas de revisión de precios y solo un 4% se encontraría expuesto a las fluctuaciones de su moneda.
Por último, la sociedad ha realizado una reducción de capital en 157,2 millones de acciones para
evitar la dilución que supone el pago en títulos del dividendo flexible.
Tensa espera va a ser para las sociedades con intereses en el Reino Unido, mientras se negocia la aplicación del resultado del referéndum sobre su salida de la Comunidad Europea, pero sea cual sea el resultado, medidas como las que está tomando Iberdrola, encaminadas a mitigar estos riesgos, van a redundar en una tranquilidad para los inversores y un claro beneficio para sus propios intereses.
Un buen balance resulta un arma espléndida contra
intromisiones políticas. No nos engañemos: todo apunta a que Mariano Rajoy repetirá como presidente del Gobierno y el actual Ejecutivo mantiene con
Ignacio Galán y con Iberdrola unas relaciones muy similares a las de las fincas en Extremadura: manifiestamente mejorables.
Y con
Álvaro Nadal, director de la Oficina Económica de La Moncloa, con su sueño particular: presidir Iberdrola.
Rodrigo de Silos
rodrigode@hispanidad.com