La Fundación Madrina ha pedido al Gobierno que implante medidas urgentes de protección para la infancia, así como para familias gestantes y vulnerables, con el objetivo de fomentar la natalidad y evitar el 'baby crack' que se está generando actualmente en nuestro país.

El colapso de la natalidad que se está produciendo en España podría quebrar el estado de bienestar, rompiendo las pensiones de aquellos que actualmente se ven obligados a soportar al menos dos generaciones, hijos y nietos, en su propio hogar. La gestión de la crisis sanitaria como consecuencia de la pandemia está generando una “nueva pobreza” que se está trasformando en “pobreza estructural” de manera acelerada en España.

Esta nueva pobreza incluye a familias españolas e inmigrantes que tenían un trabajo y un hogar antes de la pandemia, y que actualmente se encuentran sin trabajo y que no reciben ayudas sociales, es decir, carecen de cualquier tipo de ingresos para mantener su familia y sus hijos.

Las familias con hijos a cargo y las madres gestantes presentan la mayor vulnerabilidad

En este sentido, las familias con hijos a cargo y las madres gestantes presentan la mayor vulnerabilidad actualmente, careciendo de posibilidades de empleabilidad o de hogar. Estas representan el 90% de las familias vulnerables actualmente.

Asimismo, las mujeres que se han quedado embarazadas durante la pandemia se plantean en 1 de cada 2 casos no seguir adelante con su embarazo, por miedo a perder el trabajo, o bien no conseguir uno nuevo, o bien presentan dudas ante la posibilidad de perder el hogar o no poder mantener a su bebé.

Según los datos internos de la Fundación, que ha atendido más de 250.000 peticiones de emergencia desde el inicio de la pandemia, han aumentado los embarazos y también las dudas de seguir adelante con los mismos. “En este sentido, estimamos que han crecido de manera importante –estimamos un 15%-, los embarazos no llevados a término, especialmente a partir del mes de junio cuando empezaron ya a funcionar los centros de salud y los servicios sociales”, explica la Fundación Madrina.

El aumento de la mortalidad en España, especialmente de la población adulta, y el descenso de la natalidad por el miedo de las familias a la incertidumbre económica, generará en España un ‘baby crack’ o “agujero negro” de natalidad y poblacional, que notará sus consecuencias sociales y económicas en los próximos 10 años. Esta tendencia ocasionará un daño “severo” a la economía social española, que no se recuperará en décadas, por lo que el país será demandante de ayuda económica externa durante la próxima década para que no quiebre el estado de bienestar. Este “estado de riqueza” empezará a romperse en 3 años.

Las mujeres que se han quedado embarazadas durante la pandemia se plantean en 1 de cada 2 casos no seguir adelante con su embarazo

Este hecho, unido a que la crisis económica y la pobreza “materno infantil” está creciendo a tasas alarmantes, provocará que las familias españolas vulnerables abandonen las ciudades como “terreno hostil” o “trampa mortal” y se vuelvan a sus pueblos o países de origen.

En este momento de “crisis severa”, los abuelos son en muchos casos los que están amortiguando la pobreza de al menos dos generaciones, acogiéndolas en sus propios hogares y sustentándoles con sus pensiones, pensiones que empezarán a peligrar en 3 años motivado por este agujero negro de la natalidad.

Antes de la pandemia, Fundación Madrina atendía 400 familias al mes y repartía 30 toneladas de alimentos al trimestre, lo que representaba el 60% de todos los casos de infancia y maternidad vulnerable. En la actualidad, en 2021 reparte a 4.000 familias y cerca de 20 toneladas de alimentos al día. Esto da una idea de la magnitud de la tragedia que viven las familias más vulnerables más golpeadas por la crisis económica como consecuencia de la gestión de la pandemia sanitaria, y que podemos considerar de “desastre humanitario”.

Por otra parte, el paro real en España roza ya el 20% de la población activa, sumando al 16% de paro estadístico la población que se encuentra actualmente en ERTEs, ya que muchos de ellos podrían ir a EREs en los próximos meses. Con un crecimiento del 1% de paro mensual, llegaríamos en 6 meses a un 25% de paro real, este dato de paro real supone una línea roja social que de traspasarse generaría “estallido social” actualmente amortiguado por la caridad de la sociedad civil.

La Fundación Madrina estima que de no crearse empleo, esta situación se prolongará un ciclo económico completo, que durará alrededor de 7 años para recuperarse.

Por otra parte, durante 2020 y 2021, las familias en “nueva pobreza”, seguirán sin recibir la pensión del paro debido a que el Gobierno mantiene una administración central cerrada, e igualmente seguirán sin recibir ayudas sociales oficiales, por lo que estimamos que 1 de cada dos familias vulnerables perderán su hogar en los próximos meses de 2021.

Se puede decir que las denominadas “colas del hambre” se están transformando de manera acelerada en “colas de familias sin techo”

Desde Fundación Madrina se está acelerando el proyecto “pueblos madrina” que intenta realojar en zonas rurales a familias con menores en situación de calle o en desahucio en las grandes ciudades. Para ello, tiene “rastreadores” madrinas o padrinos que hablan con los alcaldes de pequeños pueblos, menores de 4.000 habitantes y con problemas de envejecimiento, y les ofrece estas familias, algunas con hasta 6 o 9 hijos que difícilmente pueden sobrevivir en las ciudades. Los pueblos les ofrecen alojamiento gratuito y en poco tiempo encuentran trabajo.

Cabe mencionar que muchos de estos pueblos cuentan con menos de 6 alumnos en sus centros educativos, por lo que con las inspecciones escolares de marzo se cerrarían para siempre, con todas las consecuencias de pérdida de servicios adicionales.

La experiencia de Fundación Madrina, que lleva más de 16 años con el proyecto de Pueblos Madrina, ha tenido un éxito rotundo especialmente para los hijos de estas familias descartadas.

La crisis permanente y el desahucio del hogar representan o genera en los más indefensos los niños, especialmente en la adolescencia, tres problemas muy graves, como son el estrés, enfermedades comunes y fracaso escolar. Después de haber realojado a estos niños junto a sus familias a un “hogar estable” manifiestan los padres que los niños están felices y llegan a alcanzar las máximas calificaciones escolares.