- El candidato de la derecha francesa a la Presidencia propone pasar de la jornada semanal de 35 horas a 39 y retrasar la jubilación de los 62 a los 65 años.
- Y eliminar 500.000 puestos de funcionarios de los 5.500.000 que hay.
- "Sólo una iniciativa franco-alemana puede relanzar el proyecto europeo", afirma sobre la UE.
- Sobre su imputación: "Al final se reconocerá mi inocencia".
El candidato de la derecha francesa por el partido
Los Republicanos, el católico
François Fillon, ha concedido una entrevista a
Les Echos que recoge
El Economista. Aquí recogemos un extracto de la misma:
-Su proyecto está claro respecto al esfuerzo pedido a los franceses. ¿Y sobre las esperanzas, qué aporta?
Soy el único que ofrece esperanza. Los demás candidatos ofrecen o seguir como hasta ahora -Emmanuel Macron- o utopías que conducen a la catástrofe, como Marine Le Pen, Benoît Hamon y Jean-Luc Mélenchon. Yo propongo un plan de choque para lograr el pleno empleo, mejorar el poder adquisitivo y la seguridad. Y eso requiere un esfuerzo asequible.
Consiste en regresar a la situación anterior a los delirios socialistas, eliminar las 35 horas y pasar la jubilación a los 65 años. La meta es llegar al final del quinquenio con una tasa de paro inferior al 7%, un crecimiento superior al 2%, y con las finanzas públicas equilibradas para empezar a reducir el endeudamiento y restablecer un proyecto europeo junto con Alemania. Francia puede conseguirlo, esa es la esperanza.
-¿Modificará su proyecto, como han solicitado algunos?
Mi proyecto es y será el de las primarias: un plan de choque de competitividad inmediato para reactivar la economía y un apoyo rápido al poder adquisitivo. Sólo hemos mejorado algunos apartados, especialmente la reducción de cargas salariales, con objeto de beneficiar sobre todo a los sueldos bajos.
El conjunto del esfuerzo -40.000 millones para la competitividad y más de 10.000 millones para el poder adquisitivo- se financiará mediante ahorro de gasto público y la subida de dos puntos del tipo normal de IVA.
-Si es elegido, ¿cuál será el calendario de su plan de choque?
Inmediatamente después de las elecciones, nombraré a 15 ministros con amplios poderes, con un número limitado de secretarios de Estado y gabinetes extremadamente reducidos e instauraré un código de conducta. En los tres primeros meses, introduciré disposiciones presupuestarias con las grandes medidas tributarias del mandato.
Haré votar las principales reformas sociales, con la eliminación de las 35 horas, la redefinición del Código laboral, la duplicación de los umbrales sociales, la limitación de la indemnización por despido, la jubilación a los 65, así como la reforma de la formación.
Las medidas de apoyo al poder adquisitivo estarán en marcha en los primeros cien días, en los cuales iniciaremos la reforma del Estado. Antes de que concluya el año, se iniciarán programas para combatir la desigualdad y la pobreza extrema. Si me eligen, Francia entrará muy pronto en la vía de la recuperación económica.
-Su propuesta de eliminar 500.000 puestos de funcionarios ha sido polémica. ¿Se arrepiente?
No. Las cuentas públicas galas están en números rojos. Con el alza de tipos, la situación se hará insostenible. Para reequilibrar las cuentas, hay que ahorrar hasta 100.000 millones. Es imprescindible variar el número de funcionarios. No puedo engañar a los votantes.
-¿Dónde piensa encontrar los puestos por eliminar?
Para recuperar el país, todos los franceses deberán trabajar un poco más, especialmente los funcionarios. Regresar a la situación anterior a las 35 horas no supone un esfuerzo considerable.
El regreso progresivo a las 39 horas permitirá ahorrar los puestos necesarios. Los funcionarios son conscientes de ello. Sin actuar, les esperan diez años de congelación de salarios...
-¿Así es como llega a medio millón?
Sí. Hay casi cinco millones y medio de funcionarios. Si su jornada se eleva un 10%, el esfuerzo solicitado es un descenso de plantilla del 9% en cinco años, menos del 2% anual.
Así pues, hay que relativizar. La tecnología puede cambiar la Administración: aligerar las obligaciones que el Estado impone a los franceses también permitirá hacer ahorros.
-¿Cuándo se aplicaría el paso de la edad de jubilación de 62 a 65 años?
De manera progresiva, lo que permitirá alcanzar los 65 años poco después del final del mandato. Esta medida permitirá financiar una subida de las pensiones más bajas.
-Su trayectoria presupuestaria permanece por encima del 3% hasta 2019...
Nuestra trayectoria de déficit público es en efecto del 3,7% del PIB en 2017, del 3,5 en 2018 y del 2,9 en 2019, antes del equilibrio en 2022. Pero lo que quieren nuestros socios europeos es que Francia se recupere y haga reformas.
No se creen las promesas de reducción del déficit sin reformas estructurales, porque saben que no funciona. Ningún otro candidato propone un proyecto que permita el regreso al equilibrio y el inicio de la reducción de nuestra deuda.
-¿No existe un riesgo de recesión?
Si gano, asumiré el déficit porque deberé gestionar la herencia de Hollande, que ha aplazado muchos gastos. Las decisiones del Gobierno actual nos conducen al 3,4% en 2017 y al 3,8 en 2018.
Quienes dicen que van a llegar por debajo del 3 en 2018 cuentan patrañas, salvo si se realiza un fuerte recorte de gastos que sí tendrá un efecto recesivo.
-¿Cuál es su meta en gasto público?
El plan de los 100.000 millones de ahorro nos permite devolver el nivel de gasto público por debajo del 50% del PIB de aquí a 2022, que es justo el objetivo que Macron ha esgrimido continuamente estos últimos meses y que parece haber abandonado.
Ya no hablo de los demás candidatos, porque Le Pen quiere aumentar en 145.000 millones el gasto público. En cuanto a Hamon, ni siquiera se puede cifrar.
-¿Cuál será el futuro de Francia?
Si gana Le Pen, habrá 145.000 millones de gastos adicionales, salida del euro, cierre de fronteras y un efecto desastroso sobre la economía. Si sale Macron, seguirá la política actual, pero sin mayoría.
-¿Cómo atraerá a los electores que le abandonaron después de anunciar que su imputación frenaría su candidatura y cambiar de opinión?
Les preguntaré si quieren que se recupere el país, que se defiendan los valores de la derecha y del centro, o si quieren que siga la política de Hollande.
-¿Cree que le imputarán?
Dada la precipitación con la que se lleva a cabo el procedimiento, no me hago muchas ilusiones. Pero al final se reconocerá mi inocencia.
-¿Por qué?
Es inimaginable que la manera en que se ha llevado a cabo la instrucción conduzca a privar a la familia política que represento de la posibilidad de tener un candidato para las elecciones presidenciales.
-Según 'Journal du Dimanche', alguien le habría regalado trajes por valor de 13.000 euros. ¿Es una fabulación? ¿Quién puede tener interés en filtrar esta acusación?
Un amigo me regaló trajes en febrero. ¿Y qué? Mi vida es objeto de investigaciones de todo tipo, y eso solo me ocurre a mí. Todo lo que digo y hago se analiza para perjudicarme, para eliminarme de la carrera a las presidenciales. No sé quién intenta perjudicarme, ni tengo gente en la sombra que lleva investigaciones paralelas para desenmascarar a mis enemigos. Esa no es mi idea de democracia. Mi tiempo y energía los dedico a mi proyecto de recuperación de Francia.
-Promete reformar el proyecto europeo. ¿Con qué país lo hará?
Sólo una iniciativa franco-alemana puede relanzar el proyecto europeo. Debemos actuar juntos y así se lo propuse a Merkel.
La idea es que Francia y Alemania lancen una iniciativa potente para la zona euro, con la constitución de un Ejecutivo formado por los jefes de Estado y de Gobierno. Esto se acompañará de una Secretaría encargada de velar por una agenda de armonización fiscal, primero para las empresas y hogares.
-¿Qué acción europea propone?
Hemos reflexionado sobre dos iniciativas con geometría variable, una sobre las fronteras y otra sobre la defensa. En este último punto, la OTAN, y la alianza con EEUU, ya no es el único horizonte de Alemania, que se ha dado cuenta de que se necesitaba un instrumento de defensa europeo frente al totalitarismo islámico.
A esto se añaden la incertidumbre que hace pesar Donald Trump sobre el pacto transatlántico. Todo esto conduce a un esfuerzo de defensa europeo y una mayor implicación de Alemania. Finalmente, Europa debe preocuparse por la tecnología digital, fijar reglas comunes y terminar con una política de competencia absurda. Se necesita una estrategia europea para lograr independencia digital.
-La campaña presidencial preocupa en el extranjero. Usted ha hablado de "casi guerra civil". ¿Hemos alcanzado este punto?
La ausencia de autoridad en el mandato de François Hollande ha repercutido en todos los niveles, con políticas judiciales y penales desastrosas, una coyuntura y un paro elevado.
Esto genera un clima peligroso y malsano. Adolescentes que atacan a la Policía y alumnos que destrozan su propio instituto... son cosas inéditas. Cada semana hay más violencia.
Desde luego, no se le podrá acusar de demagogo a Fillon.
Andrés Velázquez
andres@hispanidad.com