España vive una segunda Restauración: de Cánovas/Sagasta a Sánchez/Rivera
Podemos se desangra y el cruel Sánchez no llama al menesteroso Iglesias para hacerle ministro: ¡Miserable!
Pablo Iglesias está desesperado. Sánchez no le llama, no le escribe. El pobre no sabe que se ha instaurado en España -nos lo han instaurado desde fuera- la nueva restauración: de Cánovas y Sagasta a Sánchez y Rivera.
Sí, una nueva restauración: de la alternancia entre Cánovas y Sagasta pasamos a la de Sánchez-Riverahttps://www.hispanidad.com/confidencial/vuelven-canovas-y-sagasta-entre-el-progre-socialismo-sanchez-y-el-progre-capitalismo-rivera_12009545_102.html. Bueno, ¿qué? También don Antonio y don Práxedes tuvieron su correspondiente juventud durante la cual, los pobres no se enteraban de anda.
Que España dependa de Sánchez y Rivera resulta chocante, pero tampoco se le puede pedir mucho más a la clase política española
Que si hombre que sí, que, como ya adelantamos en Hispanidad, el Nuevo Orden Mundial, el llamado consenso internacional -mucho peor el consenso que la conspiración-, lo políticamente correcto, ordena a Sánchez y Rivera que pacten. Ojo, formalmente se tiran los trastos a la cabeza cada día, pero hablamos de un progresismo de izquierda y progresismo de derechas, pero progresismo a fin de cuentas. Y ya saben qué cosa es el progresismo: abajo los curas y arriba las faldas.
No se extrañen si ven que don Pedro y don Alberto se lanzan los trastos a la cabeza: eso forma parte de la farsa. Y tampoco piensen en un gobierno de coalición ni en un pacto de legislatura: piensen sólo en el objetivo de todo esto: crear un segundo proceso de restauración en fase progresista, con un alternancia prefabricada entre Sánchez y Rivera.
Los marginados PP y Podemos ofrecen la coartada pluralista. Y Vox queda como el ultra feroz
En este nuevo régimen, los marginados, PP y Podemos, ofrecen la coartada pluralista: presentes pero marginales. Y Vox, naturalmente, queda como el ultra feroz.
¿Democracia simulada? No. Eso sería si fueran Cánovas y Sagasta los que se repartieran el pastel, no digo yo que no, pero se trata de gente de mucha más altura: don Pedro Sánchez y don Albert Rivera.