El Papa Francisco con Mohamed VI, en Marruecos
A veces uno piensa que el Papa Francisco tiene algún problema personal con el proselitismo. Hombre, si por proselitismo se entiende la instrumentalización de la amistad para conseguir nuevos miembros del club, naturalmente tiene razón. Ahora bien, si por proselitismo se entiende evangelizar –que es lo que se ha entendido siempre- pues entonces es posible que su discurso sorprenda y hasta escandalice.
Dicho esto en Marruecos, su último viaje pastoral, la cosa puede entenderse: país musulmán y, como toda la tierra del Islam, abierta o soterradamente anticlerical, la cosa puede tener su sentido. Pero es que, este pontífice no sólo lo ha dicho en este viaje, sino que el anti-proselitismo se ha convertido en una de las constantes de su pontificado y arremeter contra el proselitismo justo cuando la Iglesia atraviesa la peor crisis de vocaciones desde hace siglos, especialmente en Occidente no deja de resultar llamativo.
Sospecho que lo que quiere expresar el Papa Francisco es lo que San Josemaría, el fundador del Opus Dei, a los miembros de la Prelatura. Escrivá de Balaguer resumía en cinco palabras: “¿Queréis ser más? Sed mejores”.
Mucho más atinado anduvo Francisco cuando, de la manera más fina posible, sugirió este mensaje a los musulmanes: hay que "aceptar al otro en la peculiaridad de su fe". Y esto porque el cristiano sí acepta al musulmán: es el musulmán el que quiere destruir al cristiano.
Y Marruecos está regido por un descendiente del profeta.