Profanación eucarística en la parroquia madrileña de Virgen del Mar... pero hay muchas más, aunque se silencian
La cristofobia está al alza en España, donde el Gobierno social-comunista no es de ninguna ayuda. Los ataques a la Eucaristía se han recrudecido con la excusa de la pandemia (cierre de templos, suspensión de misas públicas, reducciones de aforo, problemas en dar la comunión en la boca…) y a estos se suman las numerosas profanaciones eucarísticas ante el silencio y la inacción de la jerarquía eclesiástica. La última que hemos conocido se ha producido en la parroquia Virgen del Mar de Madrid.
Como ya contó Hispanidad, en algunos obispados españoles se ha dado orden de silenciar los sacrilegios contra la Eucaristía… piensan que si lo cuentan, aumentará los casos… y por eso prefieren guardar silencio. Una táctica errónea, porque los hechos son muy graves y no se debe hacer como si no pasara nada: están atacando el mismo Cuerpo de Nuestro Señor Jesucristo.
La parroquia pide oraciones por su comunidad y por los que les han herido “para que se encuentren con el abrazo misericordioso de Dios y se conviertan al bien”
En el caso de la parroquia Virgen del Mar de Madrid, situada en el barrio de San Blas, los atacantes robaron el Sagrario de la capilla y destrozaron otro para llevarse al Señor, como han publicado en su Facebook y recoge InfoCatólica. El párroco de Virgen del Mar, Enrique Abánades García, ha señalado a dicho medio que el delito ya ha sido denunciado a las autoridades y que lo sucedido debe llevar a los fieles de la comunidad parroquial a volcarse aún más en el amor por Cristo sacramentado. En esta ocasión, el cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, ha transmitido su dolor, su oración y su condena por esta profanación a toda la comunidad parroquial y este miércoles, 28 de octubre, a las 19:30 horas celebrará un acto de desagravio en el templo, como se ha informado en la página web del Arzobispado de Madrid.
En Facebook, la parroquia ha señalado que la profanación “nos llena de *dolor y de tristeza*, sentimos que nos «han violentado» entrando así en nuestra casa común. Pero Jesús nos muestra con todo esto tres cosas que podemos sentir: *miedo, tristeza, rabia*. *Miedo* a que pueda sucedernos algo más o que vuelva a pasar. *Tristeza* porque se han llevado al Señor y no sabemos qué harán con él. Y *rabia*, porque nos han dado un fuerte golpe como Comunidad y como Iglesia”. Asimismo, añaden, entre otros aspectos: “dejemos que la luz de Jesús nos ilumine y nos muestre que *todos los días hay profanaciones*: en cada persona que es violentada, que sufre la violencia de cualquier tipo, que es explotada... no escondamos lo que sentimos, evangelicémoslo para que podamos crecer en el amor a Jesús, a la Iglesia y a los demás”. Y termina el texto, pidiendo oraciones por la Comunidad de Virgen del Mar “y por aquellos que nos han herido de esta manera, para que se encuentren con el abrazo misericordioso de Dios y se conviertan al bien”.