Consejo de Ministros del martes 22. Comparece la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, quien ha dirigido la sesión porque Sánchez está en cuarentena, debido a su íntima comida con Macron.

Lo importante. Nuevo ataque a la propiedad privada. Se amplia el plazo en el que se imposibilitan los desahucios así como los cortes de suministros básicos, como agua, luz, etc.

Hablamos de una izquierda generosa con el dinero de los demás. Podemos ha vuelto a salirse con la suya en otro punto. Ahora bien, resulta que el PSOE ha conseguido retrasar hasta el 1 de julio la subida del salario mínimo (950 euros mensuales). Y al cabezón de don Pablo no hay quien le niegue nada. Mientras la vicepresidenta primera estaba hablando en Moncloa, Podemos difundía un vídeo jactándose de lo conseguido en materia de desahucios y servicios básicos.

decreto antidesahucios

Por cierto, ¿subir el SMI es bueno? Sí, es bueno. Lo que no es bueno es subir las cuotas que les acompañan. Si quiere acabar con la economía sumergida, suba el SMI pero no los impuestos. Es más, reduzca los impuestos del SMI, tanto en renta como en cuotas.

Ayudas a la hostelería: ni un euro. Lo lógico sería lo que piden los hosteleros y lo que han hecho otros países: si les obligas a cerrar, págales lo que dejan de ingresar. Un modelo que en España sólo propuso Vox, ayudas directas.

Ayudas a la hostelería: ni un euro salvo diferir el pago de impuestos. Montero se luce: “es la forma de expresar” las inexistentes ayudas directas

Ni tan siquiera les perdonas impuestos, sólo los retrasas. Según Marisú es la “forma de expresar” ayudas directas.

Montero propone que sean las comunidades autónomas y los ayuntamientos quienes otorguen ayudas directas:

Es decir, que sí quiere el sistema Marchamalo, ese pueblo cuyo ayuntamiento ha prometido 3.000 euros a los propietarios de los bares que cierren por Navidad. Dinero que se ahorra el Gobierno.  

“No hay tema. Ceuta y Melilla son españolas”. “Lo conoce” el Gobierno de Marruecos. Pero nada más. Y resulta escaso

Por último, Ceuta y Melilla. Tras la andanada del primer ministro Marroquí, Calvo se ha mostrado tan firme como inane: “No hay tema. Ceuta y Melilla son españolas”. Y añade: “Lo conoce” el Gobierno de Marruecos. Pues al parecer no lo debe conocer muy bien. Tenía que haber dicho mucho más: tenía que haber exigido a Marruecos que deje de enviarnos cayucos a Canarias y el sur de España y, de paso, anunciar la militarización de Ceuta y Melilla. Y aquellos marroquíes que habitan en las dos plazas africanas y que piden la anexión a Marruecos, fuera.